LA VERDAD DETRÁS DE LOS NÚMEROS

Autor: Frente Francisco de Miranda

Vivimos en un mundo en el que cada vez es menos perceptible la diferencia entre los medios de comunicación como herramientas de información y entretenimiento y como medios de manipulación y adoctrinamiento. A la Revolución Bolivariana le ha tocado casi como cuestión de vida o muerte aprender de esa dualidad y apropiarse de los escudos indispensables para enfrentarla. 

La expresión mediática de la guerra económica, desatada vorazmente en el período inmediato que sobrevino a la siembra del Comandante Supremo Hugo Chávez, es otro capítulo de ese duelo interminable por el mensaje que se reproduce y por el significado que le asigna la audiencia: el pueblo como botín de guerra de esta pugna. La mentalidad colectiva como trofeo.

Existe consenso total en relación a que esta nueva ofensiva de la burguesía parasitaria forma parte de su estrategia para derrocar a la Revolución. La guerra económica es una acción planificada y ejecutada con ese propósito, es sin lugar a dudas una nueva fase de la lucha de clases, cuya expresión no se limita al ámbito económico, pretenden conquistar la anuencia del pueblo, ponerlo al servicio de sus intereses valiéndose de una convocatoria que utiliza a su favor el consumismo, la alienación individualista que el capitalismo por más de 200 años propagó como plataforma de poder.

Los actores políticos de la Revolución tienen que ser capaces de buscar más allá de lo que tratan de imponer los medios de comunicación, encontrar alternativas para ofrecer la verdad, ofrecer la verdad detrás de la mera estadística, informar y convencer, convencer y sumar, sumar para combatir la ola especulativa y todas las expresiones de la guerra económica. Sólo en revolución el desenlace será favorable para el pueblo.
Una de las noticias más difundidas de la ofensiva económica la última semana fue la ocupación temporal de la distribuidora Hermanos Herrera en el Estado Anzoátegui. Esta empresa capitalista, fundada en 1994, extiende sus tentáculos por todo el oriente del país, incluyendo los Estados Zulia y Falcón y parte de la población amazónica. Según datos de la propia entidad, abarcan una población de casi 8.5 millones de habitantes. 

Entre los productos se encontraban 50,7 toneladas de leche, uno de los rubros que se ha enarbolado como bandera del desabastecimiento. ¿Cuál es la noticia detrás de esa cifra? De acuerdo con la información de la OMS un niño de 7 años debe consumir diariamente alrededor de ½ litro de leche por la gran variedad nutritiva de este alimento, considerado determinante en el desarrollo óseo como fuente importante de calcio. Si tenemos en cuenta que 1 kilo permite preparar entre 6 y 7 litros de leche, revelaremos que la infalible noticia tras esta ocupación es que por cada tonelada de leche que se desvía del suministro regular a la población se están despojando entre 12 mil y 14 mil niños cada día de este alimento. Las 50,7 toneladas incautadas en Anzoátegui representan 608 mil 400 niños que dejaron por un día de tener acceso a este producto alimenticio. 

En este mismo operativo se encontraron 5 mil paquetes de pañales que si se hubiesen distribuido, implicaba el consumo de pañal por todo un mes de 1.250 niños o el gasto semanal de este producto de 5.000 infantes.
Si esta empresa, como se ha demostrado en días posteriores, replicó esta maniobra en toda su red de distribución, los daños al pueblo a la economía de nuestra gente, son inestimables. 

Es indispensable poner fin a la impunidad de la derecha, y para eso, hay que conocer la verdad, no la de números y tecnicismos legales, sino aquella con la que se vive y palpita, simple y sin artificios. La verdad se corrompe tanto con la mentira, como con el silencio. Es imperativo enfrentar esta guerra económica en el terreno político e ideológico.

Nuestra verdad NO es débil para defenderse, pero debemos enseñar a nuestro pueblo a escucharla y a luchar con ella como bandera.
“….necesitamos la gran producción socialista, la gran producción que sea del colectivo, de todo un pueblo…esos son los cañones para la guerra económica”

Comandante Supremo Hugo Chávez, 22 de agosto del 2008.