El nuevo reto de La Revolución: Reunificar el movimiento popular y soslayar los vicios de la vieja cultura política

El PSUV abrio un debate nacional con toda su militancia donde se definira el papel del militante y la organización revolucionaria, para la construcción del modelo socialista venezolano.
Antonio González Ordóñez | Para Kaos en la Red |

El viernes 21 de enero el presidente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Hugo Chávez, esbozo los lineamientos que servirán para el gran debate que a nivel nacional se comenzó desde el PSUV y los factores que apoyan la Revolución Bolivariana, el cual está plasmado en un documento emanado de la presidencia del partido, el cual contiene las cinco líneas estratégicas de acción política los cuales son: 1.-De la cultura capitalista a la militancia socialista. 2.- Convertir la maquinaria del PSUV en un partido movimiento, es decir, al servicio diario del pueblo. Satisfacer las necesidades humanas. 3.- Convertir al partido en un poderoso y permanente medio de propaganda, comunicación y agitación. 4.- Pasar de la inercia maquinaria a liderar la lucha del pueblo. 5.- La constitución del gran Polo Patriótico, una audaz política de reunificación.

Haremos algunas precisiones en cuanto al discurso del Comandante Chávez, el documento objeto del debate y sus lineamientos lo estaremos analizando en posteriores trabajos, el llamado de atención de Chávez en el sentido de que se están reproduciendo los mismo esquemas de operatividad en el PSUV que en los partidos de la derecha, significa quizás el más importante paso en camino de recuperar la senda para construir una vanguardia verdaderamente revolucionaria, inscrita dentro de lo que deben ser los valores y principios socialistas.

Dentro de estas manifestaciones autocriticas el Presidente señaló el riesgo del fraccionamiento y división a lo interno de la organización revolucionaria por parte de un mal entendido “liderazgo” como resultado del usufructo del poder por parte de algunos gobernadores y alcaldes, que anteponen intereses personales y grupales por encima de los de la Revolución y la Patria misma, además de descuidar sus funciones públicas por lo que propuso que aquellos dirigentes revolucionarios que se encuentren a cargo de instancias de poder municipal, estatal o nacional no deben dirigir cargos de responsabilidad en el partido socialista. Indicó que estos tienen una labor para la que los eligió el pueblo, y deben disponer del tiempo necesario para cumplir con esta misión,
una de las razones por las cuales las fuerzas revolucionarias se han “encuevado, enconchado y burocratizado” dijo es que existen alcaldes y dirigentes que se encuentran al frente de equipos del partido y no disponen de tiempo.

Por lo tanto creemos que en camino de derrotar la vieja cultura política entronizada en la sociedad y las organizaciones revolucionarias no escapan a ello, citamos la acertada la apreciación del intelectual italiano Antonio Gramsci sobre la hegemonía del poder, según ese concepto, “el poder de las clases dominantes sobre el proletariado y todas las clases sometidas en el modelo de producción capitalista, no está dado simplemente por el control de los aparatos represivos del Estado, pues si así lo fuera dicho poder sería relativamente fácil de derrocar (bastaría oponerle una fuerza armada equivalente o superior que trabajara para el proletariado); dicho poder está dado fundamentalmente por la "hegemonía" cultural que las clases dominantes logran ejercer sobre las clases sometidas, a través del control del sistema educativo, de las instituciones religiosas y de los medios de comunicación”.

Es por ello que el reto de la revolución bolivariana es lograr través del la transformación nuevas instituciones sociales, la organización y el poder popular, la forma contrarrestar a las clases dominantes que "educan" o mantienen engreídos a los dominados, para que estos vivan en su sometimiento y vean la supremacía de la burguesía como algo natural y conveniente, inhibiendo así su potencialidad revolucionaria. Esa actitud mantiene dividido al pueblo pues logra imponer los valores del egoísmo por sobre el interés colectivo, el PSUV debe avanzar en el proceso de la toma de conciencia para unificar al movimiento popular en torno a su intereses de clase. Para llegar a ello es necesario deslastrarse de la mentalidad pequeñoburguesa que subyace en las acciones de alguna dirigencia partidista.

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