No cabe la ingenuidad ante los ataques virtuales y reales contra Venezuela. Después de la explosión del gasoducto transiberiano a principios de la década de los 80 del siglo pasado, considerada la ocasión en que se estrenó la primera arma cibernética conocida, que contribuyó al colapso de la economía soviética y al derrumbe del socialismo en Europa, se supone al paro petrolero de diciembre de 2002 en Venezuela, como el otro ataque cibernético de mayor impacto. El primer caso fue explicado por el líder de la Revolución Cubana, Fidel Castro, en su reflexión ‘Mentiras deliberadas, muertes extrañas y agresión a la economía mundial’, el 18 de septiembre del 2007. Omar Pérez Salomón | La pupila insomne | En el segundo hecho, la plataforma informática de la empresa estatal de petróleos de Venezuela, PDVSA, estaba controlada por empresas transnacionales que jugaron un papel decisivo en este paro petrolero, al participar en el sabotaje informático de los servidores y aplicaciones de gestión de la industria petrolera de ese país. Se reportó la destrucción de equipos, intervención de sistemas automatizados que garantizaban la distribución del crudo y sus derivados, y el bloqueo a diversos servicios tecnológicos esenciales.
El paro petrolero ocasionó pérdidas cercanas a los 20 mil millones de dólares y fue una medida fallida de presión de la oligarquía venezolana e internacional, para provocar una convulsión social insoportable, que llevara la caída del gobierno y la dimisión del presidente Chávez.
Por otra parte, en la esfera ideológica, Venezuela es objeto de un sinnúmero de acciones de carácter subversivo utilizando los medios de comunicación, con el mismo propósito descrito anteriormente. Es en este contexto que el pasado 19 de enero se reportó el ataque contra el sitio del Gobierno Bolivariano de Venezuela, hasta hacerlo inaccesible para los internautas.
El grupo de activistas de Internet, Anonymous, se adjudicó el ataque cibernético, arguyendo “la política de censura y opresión a la libertad de expresión en el gobierno de Hugo Chávez”. Pero todo indica que estamos en presencia de un acto premeditado y obcecado de la oposición servil a Washington.
¿Cómo es posible que se acuse al gobierno de Chávez de ser enemigo de Internet, cuando ha propiciado el acceso a la red de redes de cientos de miles de venezolanos de todas las regiones del país, enseñado a leer y escribir a casi 1,5 millones de habitantes, lo que dejó el índice nacional de analfabetismo por debajo del 1%, y ha ampliado la red de telecomunicaciones de ese país? Incluso, el presidente venezolano superó el millón de seguidores en la red social Twitter y creó un blog para hablar con los mismos.
Contra Venezuela se ensayan hoy todo tipo de armas, incluidas las cibernéticas, para detener el proceso de cambios de la Revolución Bolivariana. El ataque a su red gubernamental es parte de ese acoso. Como hemos dicho anteriormente, no cabe la ingenuidad, sino el apoyo total a las políticas inclusivas y democráticas del gobierno del presidente Chávez, sometido a los ataques virtuales y reales de los mismos que persiguen a Julian Assange y Wikileaks.
El paro petrolero ocasionó pérdidas cercanas a los 20 mil millones de dólares y fue una medida fallida de presión de la oligarquía venezolana e internacional, para provocar una convulsión social insoportable, que llevara la caída del gobierno y la dimisión del presidente Chávez.
Por otra parte, en la esfera ideológica, Venezuela es objeto de un sinnúmero de acciones de carácter subversivo utilizando los medios de comunicación, con el mismo propósito descrito anteriormente. Es en este contexto que el pasado 19 de enero se reportó el ataque contra el sitio del Gobierno Bolivariano de Venezuela, hasta hacerlo inaccesible para los internautas.
El grupo de activistas de Internet, Anonymous, se adjudicó el ataque cibernético, arguyendo “la política de censura y opresión a la libertad de expresión en el gobierno de Hugo Chávez”. Pero todo indica que estamos en presencia de un acto premeditado y obcecado de la oposición servil a Washington.
¿Cómo es posible que se acuse al gobierno de Chávez de ser enemigo de Internet, cuando ha propiciado el acceso a la red de redes de cientos de miles de venezolanos de todas las regiones del país, enseñado a leer y escribir a casi 1,5 millones de habitantes, lo que dejó el índice nacional de analfabetismo por debajo del 1%, y ha ampliado la red de telecomunicaciones de ese país? Incluso, el presidente venezolano superó el millón de seguidores en la red social Twitter y creó un blog para hablar con los mismos.
Contra Venezuela se ensayan hoy todo tipo de armas, incluidas las cibernéticas, para detener el proceso de cambios de la Revolución Bolivariana. El ataque a su red gubernamental es parte de ese acoso. Como hemos dicho anteriormente, no cabe la ingenuidad, sino el apoyo total a las políticas inclusivas y democráticas del gobierno del presidente Chávez, sometido a los ataques virtuales y reales de los mismos que persiguen a Julian Assange y Wikileaks.
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