La organización internacional Servicio Jesuita a Refugiados de América Latina (SJR) denunció la existencia en Haití de redes de trata y tráfico que reclutan a ciudadanos de este país con falsas promesas de estudios y de trabajo en la región, así como en Estados Unidos y Europa, reporta EFE. Para que el mundo no olvide a Haití, devastado tras el terremoto que asoló el país caribeño el 12 de enero de 2010, en el que murieron 300.000 personas y hubo más de dos millones de damnificados, dos mujeres del Servicio Jesuita a Refugiados presentaron hoy en Madrid el informe “Los flujos haitianos hacia América Latina: situación actual y propuestas”.
Merlys Mosquera y Angélica López reclamaron que los países latinoamericanos y el mundo “no se olvide de Haití y sean más solidarios con el pueblo”.
Así, pidieron que se amplíe el concepto de refugiado recogido en la Convención de Ginebra de 1951 sobre el Estatuto de Refugiados.
Los gobiernos de la región, así como organismos como la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR), deben reconocer a los haitianos como refugiados con base a la Declaración de Cartagena, añadieron.
“Los haitianos que tras el terremoto llegaron a América Latina lo han hecho por el agravamiento de la situación humanitaria en su país”, añade el informe presentado hoy.
Explicaron que los desastres naturales que afectan al país caribeño seguirán ocurriendo y destacaron que apenas acaba de empezar el período de huracanes y ya ha habido 23 muertos.
Ambas jesuitas lamentaron la “ambigüedad” de los países de América Latina y Caribe ante la “migración forzada” de los haitianos, negando su asistencia y protección a estos ciudadanos.
Mosquera dijo que muchos gobiernos de la región “han endurecido” sus políticas migratorias y de refugio para los haitianos ignorando así la grave situación por la que atraviesa el país.
Aunque no disponen de datos oficiales de todos los países, señalaron que se ha producido un aumento del flujo migratorio hacia países de América Latina y el Caribe tras el terremoto.
Tan solo tienen datos relativos a Ecuador y Chile, países que no existen visado a los haitianos y a los que durante el primer trimestre de 2011 llegaron 1.112 y 435 haitianos, respectivamente.
Los flujos haitianos hacia Brasil aumentaron después del sismo y, según este documento, el Gobierno de este país estima en más de mil el número de ciudadanos que llegaron de manera irregular a su territorio a través de la triple frontera (Colombia-Perú-Brasil), ubicada en la Amazonía.
Mosquera explicó que a pesar de que en 2010 Brasil otorgó a 475 haitianos protocolos de refugiados, una decisión tomada a mediados de febrero de este año suspendió su concesión.
Tras el terremoto hubo una ola de “gran solidaridad” con Haití y muchos gobiernos facilitaron la regularización de la situación migratoria de los ciudadanos y la reunificación con sus familiares, pero, según dijo Angélica López, “ahora no conviene que aumente el flujo” de migrantes hacia otros países de la región.
“Haití se ha convertido más en una carga para los países de la región”, aseveró esta jesuita.
SJR también pone de manifiesto la existencia de redes de trata y tráfico de haitianos bajo falsas promesas de trabajo y estudios en América Latina e, incluso, en EEUU y Europa.
Mosquera lamentó la “ausencia de mecanismos de protección” para estos ciudadanos y la “vulnerabilidad” en la que viven.
Las jesuitas señalaron que los haitianos necesitan aún de la protección internacional para regularizar su situación migratoria, garantizar la no deportación e integrarse de manera digna en los países de acogida, a la vez que apostaron por una red de protección de los flujos migratorios en la región.
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