El ex encargado de Negocios de la embajada de los Estados Unidos en Venezuela, John Caulfield, confirmó este viernes el contenido de un cable de WikiLeaks donde indicaba que su país pidió mayor presupuesto para la Oficina de Iniciativas para la transición, luego de la reelección del Presidente Chávez. Aparentemente incapaz de reconocer el carácter injerencista de su actividad en Caracas, Caulfield confesó en una entrevista con la cadena golpista Globovision que iba distribuyendo millones a organizaciones que “trabajan a favor de la democracia”, sin precisar el carácter subversivo de los grupos así aventajados y negando que, en varios casos, se trató de dependencias de partidos políticos de ultraderecha.
Con un candor asombroso, el veterano agente del Departamento de Estado aseguró que este financiamientos no se realiza a partidos políticos, ni a candidatos sino “a organizaciones sin fines de lucro”.
“El Gobierno de EE UU ha ayudado a algunas organizaciones no gubernamentales en Venezuela porque consideramos que son fundamentales para la democracia del país, estas organizaciones se preocupan por los Derechos Humanos del país”, resaltó.
El diplómatico afirmó que esa es una de las políticas de Estado del gobierno norteamericano que realiza en varios países de la región. “El problema es que la gente en Venezuela está muy parcializada”, comentó.
La declaración de Caulfield a la cadena televisiva cercana a la embajada de EEUU, ocurre después de la publicación por la abogada e investigadora venezolano-norteamericnan Eva Golinger que reveló cómo, a través de la Agencia Internacional del Desarrollo de Estados Unidos (USAID), un brazo financiero del Departamento de Estado, y su Oficina de Iniciativas hacia una Transición (OTI), Washington promueve y financia acciones contra el gobierno de Hugo Chávez.
El gobierno de Estados Unidos ha canalizado fondos multimillonarios a sectores anti-chavistas en Venezuela durante los últimos 9 años.
Caulfield ha sido designasdo por el Departamento de Estado para a dirigir su misión diplomática estadounidense en Cuba. Sustituye a Jonathan Farrar cuya cabeza exigía la mafia cubanoamericana de Miami por ser demasiado “blando” y no mantener la relación exigida con los “disidentes” que generan sus servicios.
Caulfield tendrá el título de jefe de misión de la Sección de Intereses de EEUU en La Habana (SINA), un cargo creado por el ex presidente Jimmy Carter en 1977 que estableció un dialogo con La Habana después de décadas de agresiones y provocaciones de parte de la administración norteamericana.
Caulfield pasó la mayor parte de su carrera diplomática de más de 30 años en oficinas consulares. Estuvo al frente de la misión de EE UU en Caracas, sin embajador por la voluntad de Washington de imponer de embajador a un diplómatico que ya manifestó su hostilidad injerencista hacia este país.
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