COMUNICADO DEL FRENTE FRANCISCO DE MIRANDA

EL DECIMOQUINTO MES DE LA SIEMBRA DEL COMANDANTE ETERNO. 5 DE JUNIO DEL 2014.

Era clara la tarde de Caracas, más bien serena, pero lentamente se fue tornando demasiado tranquila: la ciudad hacía silencio. A las cuatro y 30 de aquel 5 de marzo de 2013, la voz entrecortada de Nicolás Maduro, anunciaba a toda Venezuela y al mundo, que el Presidente Constitucional de Venezuela, el Comandante Hugo Rafael Chávez Fría, había dejado de respirar. Una densa nube gris cubrió la ciudad. El pueblo salió a la calle. Miles de venezolanos corrieron hacia el hospital militar donde se encontraba internado el Presidente. Una joven mujer, montada en una veloz moto gritaba al viento con voz del alma, femenina, pero fuerte: ¡Chávez vive!, ¡Chávez vive!... 

Una lluvia silenciosa y breve cubrió la ciudad. La naturaleza demostraba su duelo, pero la voz de aquella mujer se anidó en el pecho de millones de venezolanos: 

¡Chávez Vive!

Los Luchadores Sociales Bolivarianos, con el pecho erguido, se juraron que el homenaje al héroe sería sempiterno.

En la Isla de la Libertad, su líder histórico presentó la canción del poeta que, como todos los hombres dignos de la tierra, se negaron a aceptar la partida, el mismo Fidel Castro no aceptó que su mejor amigo había partido, por eso sus lágrimas sellaron aquella canción en la que el cantor cubano nos dice que “Chávez fue un momentico a la misa”.

Hoy lo encontramos en toda la geografía venezolana: en los robustos samanes que tanto amó, en los robles poderosos, en las casas dignas que se construyen para los pobres, en todas las grandes misiones para atender al pueblo; pero sobre todo aparece en las sonrisas de las niñas y los niños, en las muchachas y los muchachos que tienen su porvenir asegurado, en las mujeres incansables de nuestra patria, en los rostros de los obreros que luchan por la patria nueva.

El FRENTE FRANCISCO DE MIRANDA ratifica en esta fecha solemne su decisión de defender las conquistas de la Revolución Bolivariana a cualquier precio, y quiere recordar a los enemigos de la paz y del amor con el que trabajamos que el Comandante Eterno está ahí en su Cuartel de la Montaña, con su Estado Mayor listo y todo un pueblo encabezado por la juventud bolivariana, que ante cualquier circunstancia será capaz de dar su propia sangre por defender el amor y la paz. Por ello iremos allí, en este aniversario, para decirle: 

¡Comandante Eterno Ordene, que lucharemos y venceremos!

¡Hasta la victoria siempre!