El Memorial de agravios de Camilo Torres anticipó el primer grito de Independencia en Nueva Granada

Camilo Torres Tenorio es figura cimera de la emancipación neogranadina. Su pensamiento corresponde a la Suramérica ilustrada del primer tiempo de la Gesta Emancipadora.

El 20 de noviembre de 1809, hace 205 años, se dio a conocer en Bogotá el documento titulado Representación del Cabildo de Bogotá, Capital del Nuevo Reino de Granada a la Suprema Junta Central de España, que ha pasado a la historia como “Memorial de Agravios”. El documento es antecedente del movimiento conspirativo que el 20 de julio de 1810 que depondrá al Virrey y establecerá el gobierno de los criollos en Bogotá.

¿INDEPENDENCIA O PROVINCIALIDAD?
Para 1809 había un poderoso sector en las clases influyentes neogranadinas, como en el resto de las colonias españolas que impulsaba, no la ruptura definitiva con la monarquía, sino un régimen en el cual las colonias de ultramar fuesen reconocidas como provincias del reino, al mismo nivel de Asturias, Navarra o Granada, y con representantes en las Cortes, en consonancia con las corrientes liberales de la época que propugnaba la monarquía constitucional.

El pronunciamiento se dio en el contexto de la invasión del ejército napoleónico a la Península Ibérica en 1808, que hizo sentir sus efectos en las dependencias españolas de ultramar. El hecho dio pie a que grupos de propietarios de la tierra y sectores urbanos ilustrados en Suramérica, que acariciaban ideas autonomistas, se plantearan el ejercicio directo del gobierno.

Esa circunstancia operó como acicate desde 1808 para que se promoviese la constitución de Juntas Supremas de Gobierno que ejerciesen la autoridad en nombre del Rey legítimo, rehén de Napoleón Bonaparte en Francia. Y además, como lo recoge el Memorial de Agravios, para que se les reconociera a los cabildos de las Colonias representación en el Parlamento español, conocido como las Cortes.
 

EL AUTOR
Camilo Torres Tenorio es figura cimera de la emancipación neogranadina. Su pensamiento corresponde a la Suramérica ilustrada del primer tiempo de la Gesta Emancipadora. Hombres que, igual a Miguel José Sanz o Vicente Salias en Caracas, si bien eran capaces de arrostrar todo peligro frente a los españoles, no comprendieron la necesidad de impulsar la abolición de la esclavitud. Solo aspiraban a la simple sustitución de la hegemonía peninsular por la “tiranía doméstica” de los criollos, a la que se refirió el Libertador en Angostura en 1819.

De otra parte, Camilo Torres merecerá por siempre el tributo de los venezolanos. Gracias a la protección que le brindó a Simón Bolívar en 1813 -y en su segundo exilio de 1815-, pudo este desplegar sus potencialidades al frente de los ejércitos y como proyectista de nuevas repúblicas. 

 

 

 

¿QUÉ FINES PERSEGUÍA?

El Memorial es un texto que, a la par del acatamiento formal a las autoridades que en la Península sostenían el nombre de Fernando, expone quejas y hurga en las circunstancias del orden colonial impuesto tres siglos atrás, lanzando un aldabonazo “¿Quién hay que no conozca la importancia de las Américas por su riqueza?”. Impugnando el modelo patriarcal de administración colonial, al proclamar que los ríos de oro y plata que de América se habían dirigido a España, no aprovecharon a ésta “…han pasado por las manos de sus poseedores…pero de que no se han sabido aprovechar. La Inglaterra, la Holanda, la Francia, la Europa toda, ha sido dueña de nuestras riquezas, mientras España contribuyendo al engrosamiento de los ajenos Estados, se consumía en su propia abundancia”.

“QUE NO SE PRODUZCA UNA SEPARACIÓN ETERNA”

“A lo menos el Ayuntamiento no halla otros medios de consolidar la unión entre América y España…[que] juntas preventivas en que se discutan, se examinen…los atentados y la usurpación de la autoridad,(…)Todo lo demás es precario. Todo puede tener fatales consecuencias. Quito ha dado ya un funesto ejemplo, y son incalculables los males que se pueden seguir, si no hay un pronto y eficaz remedio(…)

¡Igualdad! Santo derecho de la igualdad; justicia, que estribas en esto y en dar a cada uno lo que es suyo, inspira a la España europea estos sentimientos de la España americana: estrecha los vínculos de esta unión; que ella sea eternamente duradera, y que nuestros hijos, dándose recíprocamente las manos, de uno a otro continente, bendigan la época feliz que les trajo tanto bien. ¡Oh! ¡Quiera el cielo oír los votos sinceros del cabildo…! ¡Quiera el cielo que otros principios y otras ideas menos liberales no produzcan los funestos efectos de una separación eterna!” [Representación del Cabildo de Bogotá a la Suprema Junta Central de España /20 de Noviembre de 1809]

T/ Néstor Rivero
F/ Cortesía