En 1525 el último emperador azteca: Cuahtémoc fue ahorcado, por orden expresa del conquistador español Hernán Cortés. Después de resistir y luchar en defensa de Tenochtitlán, es hecho prisionero en Texcoco. Desde entonces y hasta el momento de su muerte permaneció cautivo, siendo torturado junto a otros caciques aztecas, con el fin de que revelara dónde se ocultaba el Tesoro Real. Cortés ante el temor de una conspiración, decide mandar ahorcar a Cuahtémoc y al Cacique Tacuba, Tetlepanquetzal, al sur de Campeche, en un lugar llamado Xicalango.
Actualmente, Cuahtémoc es reconocidos por los mexicanos como héroe Nacional. Su imagen aparece en todos lo rincones de México, que haciendo alusión a su coraje, pidió, después de su derrota, que lo mataran con su propio puñal, por no haber sabido defender a su tierra.
Cada 28 de febrero la bandera mexicana ondea a media asta en todo el país, recordando la muerte de este valiente.
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