llevada a cabo por tropas de Estados Unidos en la aldea del mismo nombre, situada en la provincia central de Quang Ngai.
Al mando del teniente William Calley, los soldados acribillaron a 504 civiles vietnamitas, mujeres, niños y ancianos en su gran mayoría. Esta masacre, por su magnitud, resultó imposible de ocultar por las autoridades norteamericanas encargadas de establecer la censura, causando un escándalo a nivel internacional. Aunque en el operativo intervinieron decenas de soldados y oficiales, el teniente Calley fue el único militar procesado por la matanza, siendo condenado a cadena perpetua por un tribunal militar. Sin embargo, el entonces presidente Richard Nixon redujo su sentencia a apenas tres años de arresto domiciliario.
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