22 de julio de 2016

El show indolente de la derecha con niña paciente de cáncer (+Viviana Gibelli)

El deseo de autodestrucción social, así de como autocomplacencia, forma parte del caracter sociópata de la derecha venezolana, que además no establece un límite claro entre la política y el espectáculo. Es así pues, que podemos ver la frivolidad de un artista del show business haciendo proselitismo político barato ó un político de ideas baratas haciendo un show proselitista. Esto dice que son realmente lo mismo: el silicón que rellena sus cuerpos, es el mismo que llena sus ideas.

Pero esto no quiere decir que son gente tonta llena de ideas vacías, sino que responden a una estrategia de márketing impuesta por sus patrocinantes que tienen una intención: instaurar el neoliberalismo como sea. Es así como las estrellas del espectáculo, que son empleados de empresas Polar, P&G, Kimbetly Clark y otras, se prestan para hacer show proselitistas con temas tan sensibles como los niños enfermos de cáncer, por ejemplo.

El niño Oliver Sánchez fue tendencia unas 2 semanas, antes y después de su fallecimiento. De allí, la política autodestructiva de los partidos de derecha, las empresas informativas y las estrellas del show business, se hicieron un banquete mediático de autoflagelación-autocomplacencia: Autoflagelación porque usaban frases como “el país se nos va – todos los niños morirán a falta de medicina”, y autocomplacencia por la cantidad de selfies entregando un juguetes y de fotos compartidas de niños sin cabellos, con frases como “que lindo es colaborar – es una causa justa“. Lo cierto es que el doloroso fallecimiento de Oliver, no se debió a la falta de medicamentos o de infraestructura del sistema de salud, sus padres tuvieron que desmentirlo y el líbido de los sociópatas de las redes se vio impotente.

El show del J.M. De Los Ríos

Recientemente hubo otro caso que descubrió por completo el sórdido morbo de estas estrellas políticas. Se trata del caso de la hija de May Castellanos, cuyo nombre reservaremos porque tenemos respeto y solidaridad humana. Ella fue victima del sadismo autocompolaciente de la señora Viviana Gibelli, conocida empleada de las empresas informativas y de consumo, quien en un halo de filantropía mediática publicó una foto en su cuenta instagram de la niña Castellanos en la que aparecía en una cama del hospital JM De Los Rios, acompañada de una galería de personas preparando sopa. El collage de imagenes fue acompañado de la frase apocalíptica “…para los niños que no están recibiendo comida”, acompañada de por supuesto la frase autocomplaciente “Lo mejor de nosotros aflora en este momento”.
 
 
 
 
 
 

Cabe informar que la hija de la señora May Castellanos, tiene 11 años de edad y sufre de un tumor en el maxilar superior, por lo cual ha estado bajo tratamiento a lo largo de un año en el referido hospital.

Esta acción de publicar una foto de la niña Castellanos se hizo sin conocimiento y sin consentimiento de sus representantes, incluso, la captura de la imagen no la hizo ninguno de los allegados de la infante, por lo que se presume que fue tomada por el personal del JM de los Ríos. Es evidente que esto causó molestia en los familiares de la pequeña, que inmediatamente denunciaron por las redes el abuso, llegando a contactar al equipo de Con El Mazo Dando. En la entrevista se pudo evidenciar una serie de irregularidades, donde el acto sádico de la señora Gibelli, tal vez sea el de menor impacto:
 
 
 
 

1. La violación a la privacidad a los niños, niñas y adolescentes

La Señora Viviana Gibelli, en su acto pseudo filantrópico, incurrió en el delito de violación de la privacidad y el honor de los niños, niñas y adolescentes, tipificado en el artículo 65 de la Lopnna y que conlleva a la aplicación de una multa de 90 unidades tributarias (UT), previsto en el artículo 227 de la misma ley. También, se presume que el propio personal médico asistencial del hospital JM De Los Ríos también incurrió en complicidad del hecho al hacer la captura de la imagen, mientras la niña Castellanos se encontraba dormida en una de las camas del hospital.

La irresponsabilidad de Gibelli la llevó a violar las leyes venezolanas, sólo por autocomplacer su imagen mediática y su intención política. Esto sin contar el acto de dehonra e indignante que supuso para esta familia venezolana, sólo por un acto frívolo e infantíl.







2 A los niños no les falta comida; ergo, no pasan hambre

El acto impúdico de Gibelli busca su justificación ante una supuesta “hambruna” por la que atraviesa el país y ante la cual ella se erige como la salvadora de esta “calamidad”. Para eso se inventó la campaña de la donación de una olla de sopa, que de ser cierta, se trata sólo de una pequeña porción que no alcanzaría para todos los niños hospitalizados, además de no ser un acto frecuente: Se necesitaría una cantidad mayor de sopa, además de hacerse 3 veces al día, los 365 días del año, para matar el “hambre”.

Sin embargo, la fantasía sadomasoquista de la “hambruna” chocó de frente con la realidad, puesto que la misma May Castellanos desmintió que hiciera falta comida en el hospital: “La comida no falta, la envían del Hospital Vargas, puesto que la cocina está en remodelación (… )A veces llega tarde, pero llega”.

También aseguró que la ración de comida que enviaban era suficiente para los requerimientos nutritivos de los niños, aunque en el caso particular de su hija, debe ser alimentada vía sonda gástrica debido a la obstrucción bucal que tiene por su condición.

Esta afirmación supone un golpe a la campaña sórdida de Gibelli:







3 El show de médicos y políticos

Al parecer existen médicos especialistas y jefes de unidades que adquirieron el mismo paquete ideológico del marketing político, el show business y el silicón; un hecho muy grave si asumimos que tienen la responsabilidad de salvarle la vida a los cientos de niños que acuden a diario a este hospital.

Así sucedió con el médico tratante de la hija de May Castellanos, que fue esperado por la paciente 18 días para una evaluación post-operatoria, pero que no apareció por la niña, sino para posar ante las cámaras del show que montó el diputado de derecha José Manuel Olivares (el mismo que hace poco gastó $275 mil entre boda y luna de miel), el 14 de junio.

Cuando fue increpado por Castellanos ante la falta, este contestó que “ese no es el trabajo de los jefes”, equiparándose en frivolidad con la señora Gibelli; aunque no sabemos si también se toma selfies automplacientes con los niños sin cabellos, pero sí que adquirió el mismo paquete ideológico del marketing impúdico.

Esto evidencia la sórdida percepción de la realidad social que tienen ciertos profesionales de la medicina, cuya indolencia forma parte de algunas de las faltas más graves que desarrollaremos más adelante.




4 Negación del tratamiento médico a una niña

La omisión de atención médica es un delito tipificado en el artículo 274 de la Lopnna y se sanciona con privativa de libertad de 6 meses a 2 años. Eso lo padeció la hija de May Castellanos, a quien le retrasaron un tratamiento de quimioterapia que era imperativo luego de la operación del tumor. Las excusas fueron presentadas a lo largo de dos meses, lo que obligó a May a acudir ante la Defensoría del Pueblo, debido a que el tumor se reprodujo a falta del tratamiento.

A las 48 horas de la intervención de la Defensoría, fue que se le aplicó tratamiento a la niña. Al pedir justificación de este retraso tan irresponsable, los argumentos fueron cambiados en tres versiones distintas.

Cabe destacar que la paralización del tratamiento no se debió a falta de medicinas o equipos médicos, como lo gritan a toda voz cada vez que declaran ante una cámara, sino por indolencia, impericia e irresponsabilidad.





5 Acaparamiento de insumos médicos

Muchas veces los políticos de bata blanca, que denuncian con vehemencia la falta de insumos médicos y se les ilumina el rostro cada vez que dicen “no hay”, son los mismos que sostienen el sistema de acaparamiento de estas sustancias que le son negadas al que acude a estos centros hospitalarios, que es el Pueblo más pobre.

Como si se tratara un recital memorizado, estos profesionales de la medicina politiquera, denuncian que los pacientes tienen que comprar los insumos, cosa que es cierta, pero también esconden el resto de la historia. Y esa historia la guardan, donde esconden los implementos.

El caso del JM De Los Ríos fue presenciado por la misma May Castellanos, a quien se le negó el suministro de un insumo tan básico como la solución fisiológica, teniendo varias cajas de ello al alcance de sus ojos. Lo mismo sucede con otros productos y eso tiene un nombre: Acaparamiento





6 “Para ellos los niños son un cadaver con piernas”

La situación de frivolidad por parte de los médicos tratantes de la hija de May Castellanos, quizá no sea lo más grave. Es probable que ella esté atravesando por un diagnóstico que denota impericia y/o burocracia gremial, dado a que le han deshauciado a su hija, sin permitir una segunda opinión de un experto.

El cuerpo médico que atiende a la niña le ha dicho que el tratamiento es “paliativo”; y aunque Carrillo ni nosotros seamos médicos, es algo muy extraño decretar un desahucio, si el tumor no ha tocado ningún órgano vital, tiene un crecimiento local y está “encapsulado”.

Y las contradicciones de estos valuartes de la sociedad siguen, debido a que el desahucio es de palabra, mas no plasmado en el informe.

“Para ellos los niños del hospital son cadáveres con piernas“, afirmó la madre, ante la desidia del personal tratante.

Ante esto, la madre ha acudido a varias instancias para que su hija se pueda tratar en otro lugar, lejos de estos meritócratas que a veces son médicos, a veces políticos, y otro tanto, estrellas de las cámaras.





7 La guinda de la torta: Nacho donó alimentos vencidos

Ya hemos hablado de la autocomplacencia de los egos y de lo que puede pasar al tener una percepción sórdida de sí mismo y del entorno social. El cantante Miguel Ignacio Mendoza “Nacho”, no escapa de encajar en ese estereotipo. Es por ello que es propenso a caer en la misma situación de la señora Gibelli, al erigirse como el héroe de un constructo imaginario.

El cantante pop, militante político virtual, que es conocido por su egocentrismo en las redes sociales, hizo un show rimbombante hace unos 3 meses atrás, al donar unas pocas cajas con fórmulas y pañales al Hospital JM De Los Ríos, insumos de los cuales tuvo la “suerte” de tener acceso la hija de May Castellanos. El detalle: estaban vencidas las tres latas de proteinas provenientes de los EEUU.





Para Nacho, también empleado de Empresas Polar, el trabajo ya está hecho, pues la foto ya fue tomada. Ya los medios de comunicación y la prensa rosa, lo condecoraron como “salvador de los niños” ante la “apocalíptica situación que el régimen castro-chavista tiene hundido al país”. Y allí termina la historia, en el héroe que nos salvó, no en los niños que están padeciendo y que la pueden pasar peor si se tragan un poquito de las dádivas del salvador.

Un vídeo publicado por Nacho "Miguelito" Mendoza (@nacholacriatura) el



La misma parafernalia mediática que hizo en el hospital, la realizó cuando hace un par de años financió la remodelación de una casa (léase: una casa) en la parroquia Petare del municipio Sucre. En esos días, la Gran Misión Vivienda Venezuela había entregado el hogar número 900 mil (léase: 900 mil hogares), y ningún medio de comunicación privado -donde más de un empleado debe vivir en la GMVV- hizo mención de algo que es totalmente atípico en cualquier parte del mundo.

Es decir, la autoproclamación de heroismo al donar una dádiva, valió más que las 900 mil familias beneficiadas. Ahora que entendemos más el mundo virtual, esperemos que desde allá no nos traigan más latas de alimentos vencidas a nuestros niños.

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