El patriota iraquí Manadel al-Jamadi, en Abú Ghraib: lo torturaron salvajemente, le echaron ácido fosfórico en los ojos y lo asesinaron.
1-. SOBRE EL SUBTITULO
El Líder de la Revolución Cubana ha dado la voz de alarma sobre el grave conflicto de Irán en varias de sus Reflexiones y lo ha hecho no con premura, sino con sensatez. El conoce la larga trayectoria terrorista del Imperio, que comenzó con la Masacre de los Iroqueses, en 1779, cuatro años antes de que se separara del otro imperio.
Cuba ha sufrido esa criminal insolencia imperialista desde que, en la primera mitad del siglo XIX, Estados Unidos, que ya era el principal comprador de nuestros productos de exportación, hizo todo lo posible por adueñarse de nuestro país, que aún era colonia española, y, después, por evitar su independencia. Esa beligerancia anticubana se recrudeció a partir de 1959.
Ante la cuarta imposición de sanciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, el Parlamento iraní advirtió, el 17 de junio, que si sus barcos son abordados en alta mar, Irán hará lo mismo con cualquier barco que navegue por el Golfo Pérsico y el Estrecho de Ormuz. Esto, por supuesto, sería el inicio de una violencia mayor.
Unos días después, Ahmad Vahidi, Ministro de Defensa de Irán, declaró: “La capacidad coheteril de la República Islámica ha sido designada e implementada para defendernoscontra cualquier agresión y no amenaza a ningún país. Los estadounidenses han dicho que usarán todas las opciones contra Irán y nosotros anunciamos que usaremos todas las opciones para defendernos”.
Se teme que aviones de guerra de Israel bombardeen las instalaciones en las que Irán desarrolla su programa nuclear, como hicieron hace treinta años con las de Iraq. Se espera que Irán responda, con la propia violencia, a ese acto de guerra. Se sabe que el gobierno de Obama le ha pedido a Arabia Saudita que permita a los aviones israelíes volar sobre su espacio aéreo para atacar a Irán.
Que los jefes del Imperio se hayan unido a Israel para amenazar a Irán desde el Golfo Pérsico y que hayan logrado que Arabia Saudita le permita a los aviones de Israel que usen su espacio aéreo para atacar a otro país musulmán, es una prueba palpable de lo que he venido diciendo en mis artículos desde antes de que Obama tomara posesión, que los sionistas dominan el gobierno de Estados Unidos.
Ese funesto poder llevó a George W. Bush a invadir Iraq en marzo del 2,003, pues Saddam Hussein, que había sido aliado del Imperio y no tenía nada que ver con el 11 de Septiembre ni poseía armas de destrucción masiva, sí era, por el contrario, enemigo del sionismo.
La situación es, en efecto, dramática y pudiera ser catastrófica. No sería la primera vez que el Imperio Terrorista coloca al mundo al borde de una guerra nuclear.
2-. SOBRE LA FOTO
El mundo entero conoce la infamia de Abú Ghraib. Cientos de millones han visto las monstruosas fotos. Prisioneros que, en su propia patria, son torturados hasta la muerte por invasores extranjeros después que les extirpan los órganos genitales y les echan ácido fosfórico en los ojos. Salvajes torturas que dejan a los detenidos casi al borde de la muerte. Perros furiosos que muerden y casi arrancan piernas y brazos. Pirámides humanas en forzados actos sexuales. Héroes que son obligados a usar ropas de mujer. Torturas con alambres eléctricos, salvajes golpizas, detenidos que son obligados a violar sexualmente a niños de quince años. Prisioneros que son obligados a masturbarse y a realizar el sexo en grupos. Guardias militares que saltan con sus botas sobre pies desnudos y sangrantes. Detenidos a los que se les pone cadenas en el cuello como si fueran perros y son arrastrados por el suelo. Detenidas que son violadas y golpeadas salvajemente por sus captores. Prisioneros que son penetrados sexualmente con palos de escoba … ¡para qué seguir!
Ninguno de los detenidos de Abú Ghraib ni de otras cárceles de Iraq tuvo nada que ver con lo que sucedió el 11 de Septiembre, suponiendo que lo haya hecho un grupo enemigo del Imperio y no, como señalan las evidencias, el Imperio mismo. Ninguno de ellos había sido juzgado, o sea eran, jurídicamente, inocentes.
Todo ese salvajismo que se vio en Abú Ghraib y en muchas otras prisiones de Iraq de las que no hay evidencias gráficas, sucedió nada menos que en la mil veces gloriosa tierra de Mesopotamia, cuna, hace diez mil años, de la civilización, o sea la Revolución Agrícola, y miles de años después, cuna también de las ciencias, las artes y las letras –filosofía, medicina, derecho, literatura, astronomía, arquitectura, economía, gobierno, pintura, escultura, agronomía, hidrología … ¡de todo! Patria excelente que hace 1,100 años fue sede del Califato de Bagdad que, con el Califato de Córdoba en España, eran los países más cultos del mundo.
Hay evidencias de que en la cárcel de Guantánamo se perpetraron torturas similares a las de Abú Ghraib. Se sabe de un joven prisionero –ni siquiera prisionero, era sólo un detenido, o sea no había sido juzgado, por lo que era, legalmente, inocente-- que, desesperado de tantas torturas, se fue arrancando el cabello durante toda una noche. Por la mañana, los guardias encontraron su cadáver en el suelo de la celda, rodeado de cabellos ensangrentados.
Jamás la humanidad había sido testigo de tanta crueldad, de tanta infamia, de tanto desprecio por el ser humano.
Abú Ghraib y la cárcel de la Base Naval de Guantánamo representan lo más infame de la especie humana a lo largo de toda la historia. La tortura, la crueldad y el el sadismo sexual existen desde el principio de la humanidad, pero jamás habían llegado a niveles tan repugnantes ni tan sádicos.
Un gobierno con un mínimo de honor y de decencia hubiese fusilado a todo el que tuvo que ver con esa sanguinaria asquerosidad, desde Donald Rumsfeld hasta el último de los esbirros de Abú Ghraib. Pero el gobierno imperial no ha hecho nada de eso, probando que es tan asesino, tan infame, tan sadista, tan indecente y tan cobarde como la monstruosa bestezuela que en la foto de este artículo ríe sobre el cadáver del mártir.
Se repite, con otras características, la historia de My Lai. En la masacre de My Lai sólo hubo un condenado, William Calley, que estuvo tres años bajo arresto domiciliario y luego Richard Nixon lo indultó por la matanza de niños, mujeres y ancianos cuyo principal culpable había sido Lyndon Johnson.
En Abú Ghraib, o nce policías militares fueron condenados a sentencias menores de un año. Charles Graner fue condenado a diez años, Ivan Frederick a ocho, y Lynndie England, a tres. Esta cumplió sólo dos años –más o menos lo que le echan a quien se roba dos docenas de huevos-- y anda por ahí dando entrevistas en las que cuenta su “heroísmo”. Graner y Frederick están presos aún, pero en gratas condiciones, quizás bajo arresto domiciliario, como William Calley, el monstruo de My Lai. Nadie los cubre de estiércol ni les mea la cabeza ni les obliga a tener sexo con otros presos, ni hay perros que los muerdan ni ácido fosfórico que los ciegue ni les extirpan los genitales.
La Brigadier General Janis Karpinski, jefa de todas las cárceles que el Imperio tenía entonces en Iraq, cuya oficina estaba en la propia Abú Ghraib, ni siquiera fue enjuiciada. George W. Bush, Dick Cheney, Donald Rumsfeld, Condoleeza Rice, George Tenet y otros jefes del gobierno conocían lo de Abú Ghraib y lo permitieron, pero nunca fueron enjuiciados. Un gobierno de honor los hubiera condenado a todos, por lo menos, a cadena perpetua.
En agudo contraste, los cinco héroes cubanos que trataban de evitar que se perpetraran atentados terroristas desde Miami contra Cuba, fueron condenados a largos años de presidio, tres de ellos a cadena perpetua. Ahora en septiembre se cumplen doce años de su arresto y aún no han sido liberados por el propio Imperio que indultó al monstruo de My Lai tres años después de la masacre de cientos de niños, mujeres y ancianos.
Abú Ghraib es una estampa del Imperio. Sin Imperio no hubiera habido Abú Ghraib. Sin muchos Abú Ghraibs y sin muchos My Lais no habría Imperio. ¿Cuánto sadismo, cuántas torturas, cuántas monstruosidades no habrán perpetrado los insolentes esbirros del Imperio sin que de ellas haya habido evidencias gráficas como las de Abú Ghraib y My Lai, en toda su larga historia de agresiones terroristas en el mundo? ¿Cuánto de ese salvaje tratamiento no habrán sufrido los prisioneros del Imperio entre la población nativa de Norteamérica, y en México, Hawai, Cuba, Filipinas, Nicaragua, Haití, Alemania, Italia, Japón,Corea, Vietnam, Santo Domingo, Grenada, Panamá, Yusgoslavia, Afganistán, Iraq y muchos otros países en los que no hubo fotógrafos energúmenos, aunque útiles y loables?
Y es este insolente Imperio el que acusa de terroristas, o aliados del terrorismo, a otros gobiernos, como los de Cuba, Irán, Corea, Venezuela, Nicaragua y otros, que lo único que han hecho es emancipar al ser humano de la permanente tortura del capitalismo y de las sangrientas garras de su verdugo.
Regresemos, entonces, a otros artículos de la Demanda del Pueblo de Cuba contra el gobierno de EU por los miles de atentados terroristas perpetrados contra nuestro país:
3-. ARTICULO VIGESIMO
Una de las manifestaciones más cobardes de la política de agresión contra Cuba llevada a cabo por las organizaciones terroristas patrocinadas por la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos, ha sido la realización de atentados y otras acciones violentas contra funcionarios y oficinas cubanas radicadas en otros países. Los agentes terroristas, temerosos de la eficiente respuesta de los órganos de seguridad cubanos, se sienten más confiados para llevar a cabo sus acciones criminales fuera del territorio nacional, donde a veces pueden encontrar incluso la tolerancia o la complicidad de las autoridades de algunos de los países donde ejecutan estos hechos por los vínculos establecidos en ellos por los servicios especiales norteamericanos.
Contra las representaciones diplomáticas, consulares y comerciales de Cuba en diferentes países se han llevado a cabo un alto número de atentados terroristas que han ocasionado, además de víctimas, daños de consideración en los locales y otros medios de estas representaciones. Estas acciones, llevadas a cabo muchas veces por mercenarios pertenecientes a organizaciones terroristas de origen cubano radicadas en Estados Unidos y otros agentes entrenados y financiados por las agencias especiales del Gobierno de ese país, toman como objetivo no solo nuestras representaciones diplomáticas y comerciales en el exterior sino también se dirigen a instituciones comerciales de terceros países que mantienen vínculos con nuestro país, con la finalidad de sembrar el terror entre esos empresarios, amedrentarlos y conformar en el exterior una imagen de Cuba de inestabilidad e incertidumbre sobre su futuro, que impacte negativamente sobre las relaciones políticas, económicas y comerciales externas del país.
Los primeros hechos de esta naturaleza ocurrieron apenas semanas después del triunfo revolucionario en Cuba. El 5 de junio de 1959, la Embajada cubana en Santo Domingo es atacada por elementos contrarrevolucionarios. Muere el niño dominicano Ovidio Méndez y los diplomáticos cubanos Juan José Díaz del Real y Mario Rivas Patterson son golpeados brutalmente. En ese año sufrieron agresiones los consulados cubanos en Miami y Nueva York y las embajadas en Haití y Guatemala. El 4 de agosto de 1959 fueron destruidos con explosivos, en un hangar del aeropuerto de Miami, dos aviones C-46 que habían sido comprados por el derrocado gobierno de Fulgencio Batista y no habían sido entregados aún a Cuba.
Entre 1960 y 1964 ocurren 59 agresiones de consideración a diplomáticos y oficinas cubanas. El 15 de marzo de 1963 mueren los correos diplomáticos Juan de Dios Mulén Quirós y Enrique Valdés Morgado al ser saboteado el avión comercial boliviano en que viajaban. Son las primeras bajas fatales cubanas de esta vertiente de la guerra sucia contra Cuba. No serán las únicas.
El 3 de abril de 1967, el encargado de negocios de Cuba ante la o nU, Nicolás Rodríguez, resulta herido dentro de su despacho por la explosión de un artefacto oculto dentro de un libro enviado a la misión. Exactamente un mes después estalla una bomba de fragmentación en el jardín de la Embajada cubana en Ciudad México, causando heridas a cuatro personas y daños de consideración.
En los años siguientes ocurrieron otros atentados terroristas con explosivos. El 4 de abril de 1972 uno de estos ingenios estalla en la sede de la oficina comercial cubana en la ciudad canadiense de Montreal. En la explosión muere el funcionario Sergio Armando Pérez Castillo y otras siete personas sufren heridas. El inmueble sufre grandes daños.
Las dependencias cubanas en Santiago de Chile son blanco de tres atentados dinamiteros en 1973. Pudo determinarse el empleo en estas acciones terroristas de petacas explosivas similares a las utilizadas en Cuba por agentes provistos de tales medios por la CIA. El 3 de diciembre de ese mismo año, una potente bomba de tiempo causa grandes estragos en las oficinas del Consulado de Cuba en Ciudad México.
Durante estos años, coincidiendo con la creación de la organización contrarrevolucionaria de franco corte terrorista conocida por las siglas CORU, se multiplica la escalada de acciones violentas contra instalaciones cubanas en el extranjero, tanto en cantidad como en intensidad. En 1974 ocurren 51 ataques terroristas en México, Perú, Jamaica, España, Gran Bretaña, Francia, Venezuela y otros países, 29 de ellos directamente contra intereses cubanos. El 28 de noviembre de 1975 es destruido por una bomba el auto del Embajador cubano en México, Fernando López Muiño.
En 1976 ocurren 53 agresiones terroristas, de ellas 28 contra intereses cubanos en Nueva York, Portugal, México, España y otros países. Varias de ellas dejan saldos lamentables de víctimas humanas. Todas producen perjuicios materiales considerables. El 6 de junio de ese año un artefacto explosivo colocado en la sede de la Misión de Cuba ante las Naciones Unidas, en Nueva York, causa daños de gran consideración. El 7 de noviembre, en un acto terrorista reivindicado públicamente por el CORU, una bomba destruye las oficinas de Cubana de Aviación en Madrid y afecta a tres locales colindantes.
Entre 1977 y 1980 se registran otros 96 atentados terroristas perpetrados en diversos países por grupos terroristas vinculados a la CIA. De ellos 24 estuvieron dirigidos contra intereses cubanos, incluidas tres agresiones a barcos surtos en puertos extranjeros. El 22 de julio de 1977 fue saboteado y hundido en el puerto peruano de El Callao el pesquero "Río Jobabo". Otra de las acciones más graves fue el incendio del buque "Mar Caribe" el 14 de febrero de 1978 en el puerto español de Vigo. También en El Callao, el 10 de octubre de 1997, fue colocado un artefacto explosivo en el buque "Río Damují", que provocó daños de consideración.
Significativamente, durante esos años casi la mitad de las acciones de este tipo tuvieron por blanco las instalaciones diplomáticas cubanas en Washington y Nueva York, en un momento de relativo alivio del clima de tensión en las relaciones entre Cuba y Estados Unidos durante la administración del Presidente James Carter. Más recientemente, los casos de atentados con artefactos explosivos en algunas oficinas comerciales cubanas en América Latina, ejecutados por la red terrorista que dirige Luis Posada Carriles, indican que esta modalidad de agresión contra Cuba no ha sido abandonada por nuestros enemigos.
3-. ARTICULO VIGESIMO PRIMERO
(Nota: este artículo trata del terrorismo biológico perpetrado por el gobierno de Estados Unidos contra nuestro país. No lo incluyo ahora porque ya lo hice en los dos artículos titulados “La infame guerra biológica del Imperio Terrorista contra el pueblo cubano”, que aparecen en el archivo de Kaosenlared, con fecha 27 de mayo y 2 de junio del 2,009, y que fueron republicados en otros sitiosweb)
4-. ARTICULO VIGESIMO SEGUNDO
La agresión radial y televisiva ha sido durante cuatro décadas uno de los principales instrumentos de la política norteamericana contra Cuba, en sus propósitos de subvertir el orden interno, distorsionar la realidad de la sociedad cubana y restar prestigio a su Revolución y a los dirigentes de ésta, así como estimular acciones terroristas contra cañaverales, centrales azucareros, almacenes, centros turísticos, instalaciones de la industria del petróleo y otros objetivos económicos y sociales y contra la vida de dirigentes del país, e incitar a la emigración de profesionales, técnicos, intelectuales, artistas, deportistas y funcionarios.
El ejemplo más reciente e indignante de los resultados de esta incitación constante a la emigración ilegal, favorecida por la continuada vigencia de la inicua Ley de Ajuste Cubano, es el caso del niño cubano Elián González, de 6 años de edad, secuestrado en territorio norteamericano y mantenido allí arbitrariamente por las autoridades de Estados Unidos, plegadas a la presión de los elementos más reaccionarios y anticubanos de la comunidad cubano-norteamericana de la ciudad de Miami, en violación flagrante de los derechos de su padre y abuelos residentes en Cuba y en contra de la voluntad de todo el pueblo cubano, expresada en masivas manifestaciones nacionales, y de la abrumadora opinión pública mundial.
Desde el propio año 1959 comenzaron las transmisiones radiales contra nuestro país por Radio Swan, emisora situada en esa isla caribeña. En 1960 otras emisoras radiales en otros países y en Estados Unidos se sumaron a esta labor desestabilizadora y contraria a los convenios internacionales de los que Cuba y Estados Unidos forman parte. A finales de 1961, La Voz de las Américas (VOA), órgano oficial del Gobierno de Estados Unidos, se sumaba a este programa de agresiones contra la nación cubana.
Entre 1966 y 1980 otras emisoras piratas en o nda corta llevaron a cabo 3.904 trasmisiones contra Cuba. En 1980, en el llamado Documento de Santa Fe, plataforma programática de la ultraderecha norteamericana que respaldaba la aspiración presidencial del candidato Ronald Reagan, se sugiere reiniciar con nuevo impulso las trasmisiones diseñadas para la población cubana que se habían reducido entre 1974 y 1979. En 1981 el ya Presidente Reagan anuncia la salida al aire de la mal llamada RadioMartí. Desde entonces, y de forma multiplicada después de la desaparición de la Unión Soviética y el campo socialista europeo, se ha desplegado una ofensiva propagandística de grandes proporciones contra nuestro país, con más de 200 horas diarias de transmisiones radiales hacia Cuba, que alcanzó en enero de 1999 un promedio de 1.935 horas semanales de veneno radial. Entre 1990 y 1998, un total de 63 emisoras de radio subversivas han funcionado contra territorio cubano, de ellas 60 desde Estados Unidos.
A la agresión radial se suman los intentos de agresión televisiva, concebida desde 1962 y materializados a partir de 1989, cuando el Senado y la Administración norteamericanas avalaron la salida al aire de una emisora de televisión destinada a la subversión anticubana.
Un extraordinario esfuerzo de los técnicos cubanos y la dedicación de cuantiosos recursos materiales y financieros han sido necesarios para enfrentar esta otra modalidad de agresión y neutralizar o impedir la recepción de estas señales televisivas en nuestro territorio, que violan flagrantemente el derecho internacional y los acuerdos internacionales en esta materia ☼
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