ESPECIMENES

Los hay de todo tipo. Unos más y otros menos. Grandes y pequeños. Vivos y pendejos. Grotescos o centrados. En fin, los especimenes abundan en ese mundo esperpéntico de la oposición, donde cada quien hace lo que le da la gana, invocan la moral y, por debajo de la mesa, la patean

LOS HAY DE TODO TIPO. Unos más y otros menos. Grandes y pequeños. Vivos y pendejos. Grotescos o centrados. En fin, los especimenes abundan en ese mundo esperpéntico de la oposición, donde cada quien hace lo que le da la gana, invocan la moral y, por debajo de la mesa, la patean; reclaman defensa de los derechos humanos, pero cuando fueron gobierno se burlaron de ellos y los patearon. ¿A qué vienen estas consideraciones? ¿Qué las motiva? Que cuanto granuja se antoja de lanzar porquería sobre algún funcionario del gobierno chavista tiene garantizada cobertura comunicacional. Los campeones en eso de dar cabida a todo el detritus del escualidismo son diarios como El Nacional y El Universal, precisamente los de dos inmorales redomados como el "Bobolongo" Otero y el Andrés M(R)ata. O como son los dueños de Globovisión, Zuloaga y Mezerhane, unos pillos de postín. Son los especimenes que pretenden dictarles normas de comportamiento ajustadas a derecho y a la ética a los venezolanos. Otra vez el mundo al revés de Galeano.

aOTRO ES EL DESVERGONZADO de Diego Arria. Un gigoló de la política. Un ladrón de cuatro suelas. Uno de los personajes que más daño le hizo a la Cuarta República. Sin embargo, hoy se convirtió en defensor de la moral, en denunciador de hechos de corrupción. Razón tiene un columnista como Alberto Barrera, opositor al Gobierno pero excelente escritor, quien tiene suficiente lucidez para decir cosas serias. En su columna dominical dijo recientemente que el colmo de la oposición es que saca la cara por un personaje como Diego Arria, lo que constituye un hecho desalentador. Y, en efecto, ¿quién en este país, con un poquito de memoria, olvida lo que hizo Arria durante los gobiernos de la Cuarta? Cómo robó, cómo matraqueó, cómo traficó, cómo acumuló fortuna con base en tracalerías y utilizando el poder. Para Barrera el personaje es una raya, y el solo hecho de que la oposición aplauda sus ataques a Chávez es un bochorno.

ESPECÍMENES HAY MUCHOS. Un banquero, por ejemplo, como García Mendoza, ladrón de herederas y símbolo de la rapacidad financiera, quien ni siquiera respeta al gremio, promueve a través de su twitter noticias desestabilizadoras y pone a circular rumores sobre la intervención a puertas abiertas de varias instituciones bancarias.

ESPECÍMENES TAMBIÉN SON los desertores de la izquierda. Aquellos que enviaron a la muerte, a las cámaras de tortura, a los campos de concentración de los TO, a centenares de jóvenes ilusionados, para luego dejarlos embarcados y renegar, incluso, de su sacrificio. Son los "líderes históricos" de uno de los movimiento políticos más hermosos que ha habido en el país, que luego se pasaron con todo al enemigo. Son algo más que traidores, porque además de desertar hacen la apología de la traición. Los nombres de esos personajes los conoce todo el mundo en Venezuela, y cada vez que son pronunciados cae sobre ellos el mayor de los desprecio.

PARA ESA GENTE no puede haber retorno. Constituyen la hez de la política y sintetizan lo que en esencia es un sector de la oposición venezolana: Aquella que tiene tatuada en la frente la marca indeleble de la traición a la decencia profesional, a su país y a sus compañeros de otra époc