No hay caja negra ni pasajeros: el Pentágono fue impactado por uno o más cohetes, y el derribo de las Torres Gemelas fue parte de ese plan terrorista
1-. Otra agresión del agresor que no se cansa de agredir
Antes de proseguir con la Demanda del pueblo cubano contra el Imperio por los miles de atentados terroristas que ha perpetrado contra nuestro país desde 1959, veamos algo sobre los atentados terroristas de aquel 11 de Septiembre del 2001, que, según indican múltiples evidencias, los jefes del Imperio perpetraron contra el pueblo de Estados Unidos para justificar las guerras de Afganistán, Iraq y Pakistán, en que los jefes del Complejo Militar-Industrial-Terroristahan ganado casi un trillón de dólares, que ha de ser pagado por el pueblo trabajador de Estados Unidos. ¿Puede acusar a otros de terrorismo un gobierno que es capaz de perpetrar un hecho de tal magnitud para justificar las guerras con las que trata de aterrorizar a la humanidad para fortalecer su poderío en un mundo globalizado?
Ahora vemos que una mina submarina colocada por agentes del Imperio impactó hace varias semanas el barco Cheonan, de Corea del Sur, con el saldo de numerosos muertos. El Imperio acusa, por supuesto, al gobierno de Corea del Norte. Ahora una poderosa armada yanquisionista con cohetes nucleares avanza hacia Irán. Esperemos que en cualquier momento se diga que Irán cometió alguna que otra “agresión”. Es la historia perenne del Imperio: la autoagresión.
Aquí mismo en la Red hay cientos de sitios que aportan miles de datos sobre la culpabilidad del gobierno de Estados Unidos en las masacres del 11 de Septiembre. En muchos de esos sitios hay falsedades y conjeturas absurdas, pero en muchos otros hay informaciones y análisis muy serios que merecen atención y respeto. Juzgue el lector los que son falsos o verídicos, o puede simplificar su esfuerzo accediendo a mi artículo “¿Quién fue el culpable del 11 de Septiembre?”, que recoje muchas de esas serias acusaciones y aparece en el archivo de Kaos, con fecha 26 de junio del 2,008.
2-. 216 años de autoterror
La historia del Imperio es pródiga en autoagresiones, directas o indirectas, y se puede escribir diez libros sobre cada una de ellas. Señalemos sólo unas cuantas:
*George Washington: Whiskey Rebellion, 1791-94; Puerto Plata, Santo Domingo, 1794.
*Thomas Jefferson: Barbary Coast --Libia--, 1801-1805.
*Andrew Jackson: Florida, 1817, Islas Malvinas, 1833, Texas, 1835-36.
*James Polk: Mexico, 1846-48.
*Grover Cleveland: “república de Hawai”, 1894
*William McKinley: Acorazado Maine, Cuba, 1898.
*Woodrow Wilson: Lusitania, 1915; Telegrama Zimmerman, 1917.
*F. D. Roosevelt: Pearl Harbor, 1941.
*Harry Truman, Corea, 1950.
*Dwight D. Eisenhower, Libano, 1956; Cuba, 1960.
*John F. Kennedy: Crisis de Octubre, 1962.
*Lyndon B. Johnson: Golfo de Tonkin, Vietnam, 1964; Santo Domingo, 1965.
*Richard Nixon: Camboya, 1970.
*Ronald Reagan: Grenada, 1983; Guerra Iraq-Irán 1980-88
*George H. W. Bush: Panamá, 1989; Kuwait, 1990; Yugoslavia, 1991-93.
*Bill Clinton: Yugoslavia, 1993-95.
*George W. Bush: 11 de Septiembre, 2001; Afganistán, 2001-09; Iraq, 2003-09.
*Barack Obama, Afganistán, 2,009-10; Iraq, 2009-10; Pakistán, 2009-10; Corea, 2010.
Y muchas otras autoagresiones, directas o provocadas, que haría interminable esta relación.
3-. Preguntas que pudieran ser respuestas
Hagamos algunas preguntas que pudieran echar un poco más de luz sobre la culpabilidad directa o indirecta del gobierno de Estados Unidos en las masacres del 11 de Septiembre del 2,001:
a) ¿Fue Osama bin Laden el autor intelectual de este hecho abominable? Pero... ¿actuó solo o, según creen muchos analistas, con la complicidad de varios de los más altos dirigentes de Estados Unidos, incluyendo George W. Bush?
b) ¿Sorprendió a Bush, Cheney y Rumsfeld aquel suceso o... ya lo conocían de antemano? Si no lo conocían ¿cómo es posible, entonces, que Rumsfeld le dijera a uno de sus ayudantes que algo grande iba a suceder aquel día (“There'll be a big event today”) media hora antes de que el primer avión impactara la Torre Norte del Centro Mundial de Comercio?
c) ¿Por qué se ha aceptado la versión oficial de los hechos, divulgada por la prensa corporativa, y no se ha realizado una investigación exhaustiva sobre todo lo sucedido aquella mañana? ¿Acaso un enorme crimen no merece una inmensa investigación?
d) ¿Por qué Mohammed Atta, supuesto coordinador de toda la operación --según la versión oficial--, y piloto del Vuelo 11 que pasó sobre las plantas nucleares de Indian Point unos minutos antes de impactar en la torre norte del World Trade Center, no atacó esas plantas, con lo cual hubiera provocado su meltdown y la devastación por siglos del Corredor Nordeste, la zona más importante del país, que va de Washington a Boston, provocando la muerte de millones de seres humanos? ¡Qué terroristas tan extraños eran aquéllos que iban a morir para herir gravemente al “odiado imperio” y, por el contrario, le salvaban la vida!
e) Si, efectivamente, Osama fue el autor del trágico hecho... ¿por qué se le levantó el cerco que las tropas de la coalición imperial le tenían hecho en el sur de Afganistán, en marzo de 2003, para invadir a Iraq y derrocar a Saddam Husein, que no tenía relación ninguna con el hecho ni tenía armas de destrucción masiva?
f) Desde mucho antes de aquel día, y debido a los terribles atentados terroristas que se produjeron en la última década del Siglo XX contra objetivos estadounidenses, todos los aeropuertos del país habían aumentado sus medidas de seguridad (arcos detectores de metales, equipos de rayos X, detectores manuales, etc.) ¿Cómo es posible, entonces, que diecinueve hombres de apariencia árabe pudieran abordar cuatro aviones en tres aeropuertos distintos llevando encima, como dijeron por teléfono dos azafatas y varios pasajeros, armas de fuego, bombas, equipos de gases lacrimógenos, caretas antigases, navajas y cortadoras de caja?
g) ¿Cómo es posible que la FAA (Administración Federal de Seguridad) y el NORAD (Comando de Defensa Aérea de Norteamérica) dos agencias que han actuado siempre con eficiencia, fueran tan negligentes ... sólo aquella mañana?
h) ¿Por qué los F-15 volaron a 450 millas por hora en vez de las 1,750 que alcanzaban como máximo para interceptar los aviones secuestrados después que se produjo el primer ataque, o sea el de la torre norte del WTC? ¿Y por qué tuvieron que salir de la Base Aérea Otis y no de la Base Aérea McGuire, de New Jersey, que está mucho más cerca de New York y Washington?
i) ¿Por qué el Vuelo 77 de American Airlines, que “había salido”, una hora antes, del Aeropuerto Internacional Dulles, de Washington, “llegó a realizar” la increíble hazaña de bajar a menos de cuarenta pies de altura para impactar una parte del Pentágono que estaba siendo renovada y en la que no había militares sino obreros, en vez de hacerlo en la atestada zona de mando que se hallaba a menos de 150 metros de distancia y en la que hubiesen muerto cientos –o miles-- de jefes militares y altos funcionarios?
j) ¿Cómo se explica que varios de los diecinueve “secuestradores” obtuvieran múltiples visas de entrada y salida de EU y se entrenaran en varias escuelas de aviación, y que el FBI suspendiera una investigación que ya había iniciado sobre los mismos?
k) ¿Por qué varios testigos claves, como controladores aéreos, bomberos, policías de Nueva York y del FBI, han sido amenazados por agentes federales si revelan detalles sensitivos de todo lo que sucedió aquella mañana?
l) Si se han recuperado cajas negras del fondo del mar, a miles de metros de profundidad … ¿por qué nunca aparecieron las de los dos aviones entre los restos de las torres gemelas? ¿Y por qué se llevaron con tanta rapidez a un área apartada de Staten Island los escombros de las torres?
m) ¿Por qué el gobierno imperial insiste aún, a casi nueve años de los atentados, en que las torres se derrumbaron por el intenso calor provocado por el incendio del combustible, a pesar de que sólo explosiones internas pudieron provocar la doble implosión?
n) Desde mucho antes de que los jefes del Pentágono planearan la OperaciónNorthwoods, en 1961, el Imperio contaba con la tecnología para operar a distanciagrandes aviones de pasajeros, a los que se les hubiese colocado piezas electrónicas secretas, sin que los pilotos pudieran hacer nada, ya en el aire, para evitarlo. Se cree que ésta pudo haber sido la técnica que se usó para lanzar los dos aviones contra las Torres Gemelas y que el mundo creyera que habían sido secuestrados por terroristas musulmanes. Esta versión se fortalece por el hecho de que numerosas personas han visto a varios de los supuestos secuestradores, entre ellos el jefe de la operación, el egipcio Mohammed Atta.
ñ) El FBI sabía, desde mucho antes, que se podían producir ataques a objetivos civiles y militares utilizándose grandes aviones de pasajeros ¿Por qué desechó estos informes? ¿Quién dio la orden para que actuara en forma tan irresponsable?
o) ¿Adónde está Osama bin Laden? ¿Cómo es posible que el Imperio no pueda encontrar a un “fugitivo” que anda a caballo por lomas desarboladas, no por intrincadas malezas? ¿No puede el imperio más poderoso de la historia encontrar a un hombre que quizás esté protegido por unas decenas, o a lo sumo unos pocos cientos de leales, el imperio que venció en las guerras mundiales a millones de los más valientes soldados de la historia; que destruyó las dos máquinas de guerra más avanzadas de la ciencia militar; que ha asesinado o tratado de asesinar a 66 jefes de Estado o gobierno desde la creación de la CIA en 1947; que ha invadido decenas de países y derrocado a muchos gobernantes; que venció al gobierno de los talibanes en Afganistán, en el 2,002, y el de Sadam Hussein, que tenía el cuarto ejército más poderoso del mundo, en el 2,003; que tiene el arsenal nuclear más grande del planeta; que triplica en riqueza al país que le sigue; que tiene el sistema de espionaje electrónico más avanzado del mundo; que ha puesto en órbita de nuestro planeta a numerosos satélites, en uno de los cuales está el Telescopio Hubble que puede retratar lejanas galaxias; que interviene en los asuntos internos de casi todos los países del mundo, y que tiene aviones U-2 con cámaras tan potentes que pueden retratar las letras de un periódico a 30,000 pies de altura?
Se pudieran hacer muchas más preguntas sobre los misterios del 11 de Septiembre, pero con éstas es suficiente, al menos como preámbulo al tema central de este artículo.
Regresemos, entonces, a la Demanda del pueblo de Cuba contra el gobierno de Estados Unidos por los atentados terroristas perpetrados contra nuestro país:
4-. ARTICULO DECIMOCTAVO DE LA DEMANDA
En los planes desestabilizadores de la economía cubana concebidos por Estados Unidos, el transporte y el comercio, como actividades que garantizan los nexos entre las diferentes actividades y ramas de la economía, han sido objeto de una atención particular para la realización de sabotajes y agresiones.
El transporte aéreo ha sufrido directamente los efectos de la política de hostilidad hacia Cuba, como parte del intento sistemático de aislar a Cuba internacionalmente y obstaculizar toda vía de contacto o vínculo del país con el exterior. La aviación civil de transporte cubana ha desempeñado un importante papel en la neutralización de esos propósitos del vecino del Norte, y en años recientes ha participado activamente en el proceso de desarrollo del sector turístico, aumentando significativamente el número de visitantes transportados al archipiélago cubano y diversificando sus puntos de destino en diversos países del orbe.
Por eso, otra de las armas más utilizadas contra la Revolución ha sido el secuestro de aviones y embarcaciones cubanas, y los intentos de sabotaje contra estos medios. Los primeros hechos de esta naturaleza registrados ocurrieron en el mismo año de 1959. Representativo de ellos fue el secuestro en pleno vuelo, el 10 de octubre de ese año, de un aparato DC-3 de Cubana de Aviación por varios terroristas armados de pistolas y granadas de mano, que obligaron a la tripulación a desviar el avión hacia Miami. Ni los secuestradores ni el aparato fueron devueltos.
Un total de 78 naves aéreas de diversos tipos han sido afectadas por actos terroristas, intentos de secuestro y secuestros, muchas veces con el empleo de la violencia y la pérdida de vidas humanas. De estas aeronaves, algunas han sido destruidas o han sufrido fuertes averías; un número apreciable de los aviones secuestrados y conducidos a territorio norteamericano, no han sido devueltos por el Gobierno de ese país.
En 1960 ocurren varias acciones de este tipo, que en algunos casos ya tienen otras connotaciones más graves. El 5 de julio es desviado a la fuerza hacia Miami un avión Britannia de Cubana que cubría la ruta regular Madrid-La Habana, y el 14 de octubre son secuestrados en una sola operación seis aviones cubanos. El 29 de ese mes es secuestrado por nueve terroristas el avión DC-3 que cubría la ruta regular de La Habana a Nueva Gerona, acción en la que es asesinado el soldado Cástulo Acosta Hernández y heridos el piloto de la nave, Candelario Delgado, y el niño de 14 años Argelio Rodríguez Hernández.
El 8 de diciembre se produce un nuevo intento de secuestro de otro DC-3 de Cubana de Aviación en vuelo regular de Santiago de Cuba a La Habana, pero la acción es frustrada por la valiente actitud del piloto Francisco Martínez Malo, quien murió después como consecuencia de las heridas recibidas.
El 3 de julio de 1961 es obligado a desviar rumbo hacia Miami un DC-3 de Cubana en vuelo de La Habana a Santiago de Cuba, en el que viajaban 16 pasajeros. El avión fue retenido por las autoridades norteamericanas y luego vendido arbitrariamente por ellas.
El 9 de agosto de ese año fue secuestrada la nave C-46, matrícula CUT-607, acción en que resultan muertos el piloto Luis Álvarez Regato y el escolta Silvino Rómulo Sánchez Almaguer. Entre los meses de septiembre y diciembre de ese año fueron sustraídos del territorio nacional otros seis aviones ligeros. En estos casos, al igual que en los de acciones en las que se había asesinado o causado heridas más o menos graves a tripulantes o pasajeros, siguió prevaleciendo la impunidad otorgada a los secuestradores por las autoridades de Estados Unidos, con total desconocimiento de las reclamaciones cubanas de devolución de los autores de tales hechos criminales y de las aeronaves secuestradas.
Entre 1962 y 1965 se produjeron otros siete secuestros de aeronaves ligeras cubanas. En todos los casos los aparatos eran llevados por los secuestradores a territorio norteamericano. Otro hecho de gravedad fue el secuestro el 8 de julio de 1966 de un avión de fumigación en la región de Bayamo y el asesinato de su custodio, el combatiente Elúcido Torres. En su demencial política contra nuestro país, el Gobierno de Estados Unidos inició y fomentó la piratería aérea y el secuestro de aeronaves, acciones que posteriormente estimularon un fenómeno internacional de piratería altamente peligroso para la seguridad aérea de los vuelos internacionales que ha afectado a numerosos países, incluso a ese propio país.
A partir de la firma en 1973, por iniciativa cubana, del acuerdo entre Cuba y Estados Unidos sobre los secuestros y desvío de aviones, la estrategia de la CIA cambió: se abandonó el estímulo a los secuestros de aviones, pero elementos terroristas históricamente vinculados a la Agencia comenzaron entonces a fraguar una modalidad de agresión contra el transporte aéreo todavía más tenebrosa y criminal.
El 9 de julio de 1976 estalla en el aeropuerto de Kingston, en Jamaica, una bombacolocada en una de las maletas que iban a ser introducidas como equipaje en un vuelo comercial de Cubana de Aviación. Un retraso imprevisto en la salida del avión impidió casualmente que el artefacto estallara en pleno vuelo. Pero el siniestro plan rinde dramático fruto el 6 de octubre de ese año. Una bomba colocada dentro del avión CUT-1201 de Cubana de Aviación estalla en pleno vuelo pocos minutos después del despegue de la aeronave del aeropuerto de Barbados. En el criminal sabotaje mueren las 73 personas que viajaban en el aparato, de ellas 57 cubanos entre los que se encontraban los integrantes del equipo juvenil de esgrima. Los autores confesos del repugnante crimen actuaron contratados por dos de los más connotados terroristas de origen cubano vinculados a la CIA: Orlando Bosch Ávila y Luis Posada Carriles. Aunque los principales responsables de este bárbaro atentado terrorista fueron detenidos y sometidos a juicio en Venezuela, a la larga lograron evadir la acción de la justicia con el concurso de la CIA y la Fundación Nacional Cubano Americana. Los daños materiales ocasionados por esta bárbara acción, uno de los hechos más atroces de la guerra sucia contra Cuba, fueron tasados muy conservadoramente en la época en 1,3 millones de dólares.
A principios de los años 90 se sucedieron de nuevo varios secuestros de aviones, en los que estuvieron involucradas avionetas de fumigación e incluso un aparato de combate de la Fuerza Aérea Revolucionaria sustraído por un traidor.
El 29 de diciembre de 1992 es secuestrado un aparato AN-26 de la compañía Aerocaribbean, con 47 personas a bordo, y conducido a Miami. El 7 de julio de 1996 fue secuestrado en Santiago de Cuba un avión AN-2 y conducido a la base naval de Guantánamo. El pirata fue absuelto en el juicio que se le siguió en Estados Unidos. También el transporte marítimo, automotor y ferroviario ha sido víctima de las agresiones y sabotajes que el Gobierno de Estados Unidos ha realizado o alentado. En la actividad del transporte marítimo, los barcos mercantes han sido objeto de ataques piratas y otras agresiones; embarcaciones de recreo, remolcadores y otras naves han sido agredidas o secuestradas y llevadas a territorio de Estados Unidos; las instalaciones portuarias han sido blanco de acciones terroristas y sabotajes.
No menos de 36 embarcaciones cubanas han sufrido agresiones. Naves con banderas de otros países que transportaban mercancías para Cuba fueron también objeto de acciones terroristas y ataques. Una de las primeras acciones terroristas efectuadas contra buques mercantes que transportaban productos a Cuba, fue la llevada a cabo contra el vapor francés "LaCoubre" el 4 de marzo del año 1960, ya referida.
Veinte días después, durante la acción de secuestro de un yate de recreo, es asesinado el soldado rebelde Raúl Pupo Morales. El 12 de mayo de 1962, la lancha SV-28 del servicio de vigilancia de costas fue atacada de manera sorpresiva por una nave fuertemente artillada, perteneciente a la organización terrorista Alpha 66. Tres de sus tripulantes resultaron muertos y otros cinco heridos. La propia organización, cuyas naves zarpaban del puerto de Miami a la vista de las autoridades de guardacostas de Estados Unidos, reclamaría en los meses siguientes la autoría de otros hechos semejantes, entre ellos el ametrallamiento de naves mercantes de otros países. Una grave provocación ocurrió el 23 de febrero de 1963, cuando la goleta cubana de cabotaje "Joven Amalia" fue perseguida y embestida en aguas cubanas de la provincia de Oriente por el destructor norteamericano "Harold J. Allen".
El 27 de diciembre de ese mismo año, saboteadores al servicio de la CIA hacen volar una lancha de la Marina de Guerra Revolucionaria atracada en la bahía de Siguanea, en Isla de Pinos, y causan la muerte de tres marinos.
Una nueva modalidad de agresión se inaugura el 9 de agosto de 1964, cuando el mercante cubano "María Teresa", atracado en el puerto canadiense de Montreal, es víctima de un atentado terrorista.
El 12 de septiembre es atacado en aguas internacionales al Norte de Maisí el buque español "Sierra de Aranzazu", que conducía un cargamento de juguetes para Cuba. Mueren el capitán y dos tripulantes. En cuanto al secuestro de embarcaciones, en los años 90 se han producido no menos de doce acciones, entre consumadas y frustradas. Cabe recordar la serie de acciones piratas de que fueron objeto en 1994 varias lanchas de pasajeros y remolcadores de la bahía de La Habana. Uno de estos secuestros condujo al hundimiento del remolcador "13 de Marzo", incidente en torno al cual se desató una virulenta campaña de infundios en los medios de información norteamericanos.
El 8 de agosto de ese mismo año fue secuestrada una nave auxiliar de la Marina de Guerra Revolucionaria y asesinado el teniente de navío Roberto Aguilar Reyes. El asesino y secuestrador logró huir a Estados Unidos, donde permanece en libertad.
El transporte de pasajeros y el transporte ferroviario y de carga por camiones igualmente han sido agredidos o saboteados de diversa forma, dejando inservibles un número considerable de equipos. Estas agresiones forman parte de los planes de desestabilización de la economía afectando el normal desenvolvimiento de las actividades del comercio exterior y de la circulación de productos en la economía interna, así como el movimiento de la población. Las afectaciones económicas a este sector de la economía alcanzan una magnitud considerable, pero sus consecuencias para el resto de las actividades económicas y servicios del país y los daños ocasionados a la población son aún mayores.
El sector del comercio y la distribución de productos ha estado entre los objetivos considerados para su destrucción dentro de la estrategia terrorista, con el propósito de propiciar la desestabilización de la economía, en particular la distribución de productos a la población.
Cientos de tiendas de artículos industriales y de productos alimenticios, tanto en zonas urbanas como rurales a todo lo largo del país, grandes tiendas por departamento y establecimientos rurales conocidos como tiendas del pueblo, fueron saboteados, destruidos o saqueados por agentes terroristas al servicio del Gobierno de Estados Unidos, incluidos los integrantes de las bandas armadas mercenarias organizadas y apoyadas por la CIA en los años 60.
En otra parte de esta demanda se han referido algunos de los casos más notables de sabotajes y acciones terroristas llevadas a cabo contra decenas de comercios grandes y medianos en la ciudad de La Habana y casi todas las demás poblaciones importantes del país. Las pérdidas materiales causadas por estas acciones fueron muy cuantiosas.
Las restricciones impuestas por el bloqueo de Estados Unidos y su política por aislar a Cuba de su entorno geográfico, que, como se ha visto, condicionó la reubicación de su comercio a grandes distancias, así como las constantes agresiones de ese país y sus agentes, que obligaron al país a disponer de amplias reservas para contingencias, determinaron la necesidad de construir un gran número de almacenes en todo el país. Contra estos objetivos, que con sus inventarios debían garantizar el suministro de productos para un normal funcionamiento de la economía y el abastecimiento del consumo de la población, se dirigieron también las agresiones de Estados Unidos y sus agentes. No menos de 37 almacenes de las diferentes ramas económicas del país sufrieron acciones terroristas, sabotajes, incendios, causando pérdidas materiales considerables, y al propio tiempo provocaron afectaciones importantes a la producción y los servicios por la demora en la reposición de los bienes destruidos.
Solamente en 1961 fueron incendiados y destruidos, entre otros almacenes, cuatro naves para almacenar papas en la comunidad "Juan Abrahantes", en Madruga; un almacén de víveres en Jagüey Grande; uno para bobinas de papel en Franco y Clavel, hecho ya mencionado en el que resultó asesinado el obrero Carlos Rodríguez; un almacén de algodón en Luyanó y uno de tabacos en Centro Habana. Es atacado también el almacén de cigarros "Regalías El Cuño" en Clavel y Mercado, en La Habana, donde resulta asesinado el trabajador Lázaro García.
En 1963 es destruido el almacén de abonos "Quintero", en Jagüey Grande; un almacén del central "Elia", en Las Tunas, donde se guardaban algodón, granos y otros productos; el almacén de la cooperativa "Camilo Cienfuegos", en Cifuentes; un almacén de abonos en la granja "Guasimal", en Sancti Spíritus, entre otras instalaciones de este tipo.
En 1964 es destruido el almacén número 27 de la empresa "José Antonio Echavarría", de Cárdenas, con cientos de barriles de hidrosulfito de sodio. En 1966 es incendiado un almacén del Instituto Cubano de la Industria Cinematográfica, en La Habana.
En 1968 se provoca un incendio de grandes proporciones en un almacén de pieles en el Cerro, en La Habana, y en Camagüey es destruido el almacén central de ropas y tejidos.
En 1970 terroristas incendiarios destruyen un almacén de calzado y otro de colchones de la Escuela Formadora de Maestros en Guantánamo, y en el puerto de Isabela de Sagua resulta totalmente destruido el almacén de azúcar, donde se producen pérdidas millonarias.
En 1976 es destruido en Marianao un almacén de medios de educación. En 1978 es incendiado un almacén industrial de alimentos en Banes, Holguín, y en 1980 es incendiado el almacén de azúcar del central "Máximo Gómez", en Chambas, y el almacén central de la ECOA # 10 del Ministerio de la Construcción en Pueblo Nuevo, Matanzas.
Los diversos atentados terroristas de los cuales se mencionan algunos ejemplos, no solo destruyeron en su mayor parte las edificaciones sino provocaron pérdidas millonarias de productos y equipos para la producción, los servicios y el consumo de la población, lo cual a su vez causó severas afectaciones a la producción y los servicios por la intermitencia o ausencia de suministros durante determinados períodos.
Por su parte, la actividad turística, por su capacidad potencial de generar importantes ingresos en divisas para la nación, ha sido en los años más recientes un objetivo priorizado en los planes terroristas. Aun cuando los atentados preparados y ejecutados contra las instalaciones turísticas, de los cuales algunos de los más importantes han sido referidos anteriormente, han causado daños materiales de consideración e incluso víctimas humanas, su objetivo principal ha estado dirigido a provocar el terror y desestimular a posibles inversionistas de terceros países para que no realicen negocios en Cuba y a los turistas de otras regiones del mundo para que no visiten el archipiélago cubano. De esa manera se intenta privar al país de las divisas que requiere en la actual coyuntura económica, en la que este sector ocupa un lugar destacado en la generación de ingresos para Cuba y moviliza a otros importantes sectores económicos del país en el proceso de recuperación económica y de reinserción en la economía internacional.
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