Washington detesta a Chávez porque éste no está dispuesto a entregar los vastos recursos naturales de Venezuela a las elites corporativas y banqueras.
Mike Whitney | Sin Permiso |
A fines de noviembre, Venezuela fue golpeada por lluvias torrenciales e inundaciones que dejaron 35 muertos y cerca de 130.000 desplazados. Si George Bush hubiera sido el presidente en lugar de Hugo Chávez, los desplazados hubieran sido llevados a punta de pistola a campos prisión improvisados –como el Superdomo— como lo fueron después del Huracán Katrina. Pero esa no es la manera en la que trabaja Chávez. El Presidente Venezolano aprobó rápidamente "leyes potenciadoras" que le daban poderes especiales para llevar ayuda de emergencia y vivienda a las víctimas de las inundaciones. Luego, Chávez salió del palacio presidencial y lo convirtió en la vivienda de 60 personas, o lo que equivale a convertir la Casa Blanca en un refugio para indigentes. Las víctimas de desastre ahora están bien alimentadas y atendidas hasta que puedan reconstruir sus vidas.
Los detalles de los esfuerzos de Chávez han pasado prácticamente inadvertidos por los medios de comunicación estadounidenses, donde, de hecho, él es frecuentemente demonizado como un "hombre fuerte de izquierda" o un dictador. Los medios de comunicación rehúsan reconocer que Chávez ha reducido la brecha de ingresos, ha eliminado el analfabetismo, ha proporcionado salud a todos los venezolanos, ha reducido la desigualdad y elevado el estándar de vida en general. Mientras que Bush y Obama estaban extendiendo sus guerras en el extranjero y presionando para que se mantengan o extiendan las reducciones fiscales para los más ricos, Chávez estaba ocupado mejorándole la vida a los pobres y necesitados a la vez que se defendía de las últimas agresiones de los Estados Unidos.
Washington detesta a Chávez porque éste no está dispuesto a entregar los vastos recursos naturales de Venezuela a las elites corporativas y banqueras. Esa es la razón por la que la administración Bush intentó deponer a Chávez mediante un fallido golpe de estado en 2002, y es la razón por la que el cándido Obama continúa lanzando ataques encubiertos contra Chávez, hoy. Washington quiere un cambio de régimen para poder instalar a una marioneta que entregue las reservas Venezolanas a las grandes petroleras a la vez que les hace la vida imposible a los trabajadores.
Documentos recientemente publicados por Wikileaks muestran que la administración Obama ha aumentado su intromisión en los asuntos internos venezolanos. A continuación mostramos un extracto de una publicación reciente de la abogada y autora Eva Golinger:
"En un documento secreto escrito por el actual Vicesecretario Asistente de Estado para el Hemisferio Occidental, Craig Kelly, y enviado por la embajada en Santiago en junio de 2007 al Secretario de Estado, a la CIA y al Comando Sur del Pentágono, además de otras embajadas estadounidenses en la región, Kelly proponía 'seis prioridades de acción que el gobierno de los Estados Unidos (USG) debía implementar para limitar la influencia de Chávez' y 'reestablecer el liderazgo estadounidense en la región'".
En su informe, Kelly, quien desempeñó un papel primordial como "mediador" durante el último golpe de estado en Honduras contra el Presidente Manuel Zelaya, describe al Presidente Hugo Chávez como un "enemigo".
"Conocer al enemigo: debemos entender mejor cómo piensa Chávez y cuáles son sus intenciones... para contrarrestar efectivamente la amenaza que representa, debemos conocer mejor sus objetivos y cómo pretende lograrlos. Esto requiere mejor inteligencia en todos nuestros países". Más adelante en el memorándum, Kelly confiesa que el Presidente Chávez es un "enemigo formidable", pero, añade, "ciertamente podemos 'encargarnos' de él". (Wikileaks: Documentos confirman planes estadounidenses contra Venezuela, Eva Golinger, Postcards of the Revolution).
Los cables del Departamento de Estado muestran que Washington ha venido financiando grupos anti-Chávez en Venezuela a través de organizaciones no gubernamentales (ONG) que pretenden estar trabajando en pro de las libertades civiles, los derechos humanos o la promoción democrática. Estos grupos se esconden bajo una fachada de legitimidad, pero su propósito real es el de hacer caer el gobierno de Chávez, que fue elegido democráticamente. Obama apoya este tipo de subversión tan alegremente como lo hacía Bush. La única diferencia es que el equipo de Obama es más discreto. El siguiente es otro extracto de Golinger con algunos detalles sobre el rastro monetario:
"En Venezuela, los Estados Unidos han venido apoyando a grupos anti-Chávez por más de 8 años, incluyendo aquéllos que ejecutaron el golpe contra el Presidente Chávez en abril de 2002. Desde entonces, el financiamiento ha aumentado substancialmente. En un informe de mayo de 2010 que evaluaba la ayuda extranjera para grupos políticos en Venezuela, encargado por el Fondo Nacional pro Democracia de los Estados Unidos, reveló que anualmente se enviaba más de $40 millones a grupos anti-Chávez, la mayoría a través de agencias estadounidenses..."
Venezuela sobresale como el país Latinoamericano donde NED (National Endowment for Democracy) invirtió más en financiar grupos de oposición en 2009, con $1.818.473, más del doble que el año anterior... Allen Weinstein, uno de los fundadores originales de NED, reveló en una ocasión al Washington Post, "Lo que hacemos hoy, hace 25 años lo hacía clandestinamente la CIA…" (America's Covert "Civil Society Operations: US Interference in Venezuela Keeps Growing", Eva Golinger, Global Research).
El lunes, la administración Obama revocó la visa del embajador venezolano en Washington en retaliación por el rechazo de Chávez del candidato a embajador estadounidense en Caracas, Larry Palmer. Palmer ha sido abiertamente crítico de Chávez diciendo que existían vínculos claros entre miembros de la administración Chávez y las guerrillas izquierdistas en la vecina Colombia. Ésta es una manera indirecta de acusar a Chávez de terrorismo. Y, peor aún, el historial de Palmer sugiere que su designación podría representar una amenaza para la seguridad nacional venezolana. Si no, considere los comentarios de James Sugget de Venezuelanálisis en Axis of Logic:
"Vea los antecedentes de Palmer: trabajó con los oligarcas respaldados por los Estados Unidos en República Dominicana, Uruguay, Paraguay, y Sierra Leona, Corea del Sur y Honduras, 'promocionando el Tratado de Libre Comercio de Norte América (NAFTA).' Del mismo modo que la clase gobernante de los Estados Unidos designaron a un afroamericano, Barack Obama, para reemplazar a George W. Bush y manteniendo todo lo demás intacto, Obama, a su vez, designa a Palmer para remplazar a Patrick Dudy, quien estuvo involucrado en el fallido golpe contra el Presidente Chávez en 2002 y enemigo de los venezolanos durante todo su mandato como Embajador de los Estados Unidos para Venezuela."
Desde ya, Venezuela está llena de espías y saboteadores, que no necesitan ayuda de los agentes que trabajan dentro de la embajada. Chávez hizo lo correcto al rechazar a Palmer, además que Chávez acababa de criticar las falaces acusaciones de Palmer justo la semana previa cuando extraditó al comandante del ELN Nilson Albian Terán Ferreira, alias "Tulio", a Colombia, "la primera extradición de un guerrillero colombiano hacia su país" (Colombia Reports). La historia no apareció en ningún medio de comunicación de occidente (porque demuestra que Chávez no respalda a los grupos paramilitares que operan en Colombia).
La nominación de Palmer es sólo "más de lo mismo"; más interferencia, más subversión, más creación de problemas, ya que el Departamento de Estado estuvo directamente involucrado en las así llamadas revoluciones en Ucrania, Líbano, Georgia, Kirguizstán, etc.; todos ellos eventos 'hechos para la televisión', que enfrentaban los intereses de los capitalistas contra los de los gobiernos electos. Ahora la pandilla de Hillary quiere intentar la misma estrategia en Venezuela, y depende de Chávez el detenerlos, y esa es la razón por la que ha presionado para que se aprueben leyes que "regulan, controlan o prohíben el financiamiento externo de actividades políticas". La única manera en la que puede defenderse contra la interferencia estadounidense y proteger la soberanía venezolana es tomando medidas severas contra las ONG.
Chávez también está usando sus nuevos poderes para reformar el sector financiero. Aquí tenemos una parte de un artículo titulado "La Asamblea Nacional Venezolana aprueba una ley que declara a la banca como un 'Servicio Público'":
"La Asamblea Nacional de Venezuela aprobó el viernes una nueva ley que define a la banca como una industria de 'servicio público', que obliga los bancos en Venezuela a contribuir más a los programas sociales, a los esfuerzos de construcción de viviendas y a otras necesidades sociales, haciendo al mismo tiempo más fácil la intervención del gobierno cuando un banco incumple las prioridades nacionales...
La nueva ley protege los activos de los clientes de los bancos en caso de irregularidades de parte de los propietarios... y estipula que el Superintendente de Instituciones Bancarias debe tomar en cuenta el interés mayor de los clientes y no solamente el de los accionistas... cuando se toman decisiones que afectan a las operaciones de un banco".
Entonces, ¿por qué Obama no hace lo mismo? ¿Es que le teme demasiado al cambio de verdad o es sólo un lacayo de Wall Street? Aquí sigue el mismo artículo:
"En un intento de controlar la especulación, la ley limita la cantidad de crédito que los bancos pueden prestar en cualquier momento a personas naturales o empresas a 20% de su capital. La ley también limita la formación de grupos financieros y prohíbe que los bancos mantengan intereses en sociedades agentes de bolsa y en compañías de seguros.
La ley también estipula que el 5% de las utilidades brutas de todos los bancos se dediquen exclusivamente a proyectos elaborados por consejos comunales. Asimismo, el 10% del capital de cada banco debe reservarse en un fondo para pagar salarios y pensiones en caso de quiebra.
Según las cifras de 2009 proporcionadas por Softline Consultores, el 5% de las utilidades brutas de la industria bancaria venezolana hubiera significado 314 millones de bolívares adicionales ($73,1 millones), para programas sociales que beneficiarían a la mayoría de venezolanos pobres."
"¿Controlar la especulación"? ¡Vaya que esa es una idea innovadora! Naturalmente que los líderes de la oposición están llamando a la ley "un ataque contra la libertad económica", pero son patrañas. Chávez, simplemente, está protegiendo a la población de las prácticas depredadoras de los banqueros. ¡La mayoría de estadounidenses desearía que Obama hiciera lo mismo!
Según el Wall Street Journal, "Chávez ha amenazado con expropiar a los grandes bancos en el pasado si no aumentaban los préstamos a las pequeñas empresas y eventuales propietarios de vivienda, esta vez está aumentando la presión públicamente para mostrar su preocupación por la falta de vivienda para 28 millones de venezolanos".
Caracas sufre de un déficit masivo de vivienda que ha empeorado con las recientes inundaciones. Decenas de miles de personas necesitan refugio ahora, y es la razón por la que Chávez está presionando a los bancos a dar una mano. Por supuesto que los bancos no quieren ayudar, por lo que han optado por hacer berrinche. Pero Chávez no les va a hacer caso y ya les ha dado una "aviso". De hecho, el martes lanzó esta advertencia:
"Al primer banco que falle… lo expropio, así sea el Banco Provincial, o Banesco o el Banco Nacional de Crédito".
Bravo, Hugo. En la Venezuela de Chávez las necesidades básicas de la gente trabajadora ordinaria anteceden al lucro desmedido de los bánksters. ¿Todavía se pregunta por qué Washington lo odia?
Mike Whitney es un analista político independiente que vive en el estado de Washington y colabora regularmente con la revista norteamericana CounterPunch.
Traducción para www.sinpermiso.info: Antonio Zighelboim
14 de enero de 2011
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