“Las protestas antigubernamentales en Venezuela han sido
lideradas por varias personas y organizaciones con vínculos estrechos
con el Gobierno de Estados Unidos”, nos comenta la abogada en este
artículo de opinión.
EVA GOLINGER / (VTV).- Las protestas antigubernamentales en
Venezuela, que tienen como objetivo el derrocamiento del presidente
Nicolás Maduro, han sido lideradas por varias personas y organizaciones
con vínculos estrechos con el Gobierno de Estados Unidos. Leopoldo López
y María Corina Machado –dos de las personas públicamente detrás de las
manifestaciones violentas que comenzaron en febrero– tienen largas
historias como colaboradores, financiados y agentes de Washington. La
Fundación Nacional para la Democracia (National Endowment for Democracy,
NED) y la Agencia Internacional de Estados Unidos para el Desarrollo
(USAID) canalizaron financiamiento millonario para los partidos
políticos de López, Primero Justicia y Voluntad Popular, y para la ONG
Súmate de Machado y sus campañas electorales.
Estas agencias financistas de Washington también han filtrado más de
14 millones de dólares a grupos opositores en Venezuela entre 2013-2014
(Esta cifra incluye a los dos presupuestos nacionales del Gobierno de
Estados Unidos para 2013 y 2014 y más el total de la NED para Venezuela:
http://www.ned.org/where-we-work/latin-america-and-caribbean/venezuela y
http://www.ned.org/where-we-work/latin-america-and-caribbean/latin-america-and-caribbean-regional),
incluyendo financiamiento para sus campañas electorales en 2013 y ahora
para las protestas antigubernamentales en 2014. Esto sigue el patrón de
financiamiento del Gobierno estadounidense a grupos antichavistas en
Venezuela desde el año 2001, cuando millones de dólares fueron
entregados a organizaciones de la llamada “sociedad civil” para ejecutar
un golpe de Estado contra el presidente Hugo Chávez en abril de 2002.
Luego de su fracaso, la USAID abrió una Oficina de Iniciativas hacia una
Transición (OTI) en Caracas para, junto con la NED, inyectar más de 100
millones de dólares en esfuerzos para socavar al Gobierno de Chávez y
repotenciar a la oposición durante 8 años.
A principios de 2011, después de haber sido expuesta públicamente por
sus graves violaciones de la soberanía y las leyes venezolanas, la OTI
cerró sus puertas en Venezuela y las operaciones de la USAID para ese
país se trasladaron a Estados Unidos. El flujo de dinero no terminó, a
pesar de la aprobación en Venezuela de la Ley de la Soberanía Política y
Autodeterminación Nacional a finales de 2010, que prohíbe el
financiamiento externo a grupos con fines políticos en el país. Las
agencias de Washington, tanto como los grupos venezolanos que reciben
sus dólares, siguen violando las leyes del país con plena impunidad. En
los presupuestos nacionales del presidente Barack Obama para las
operaciones internacionales, se ha incluido entre 5-6 millones de
dólares para financiar grupos antigubernamentales en Venezuela a través
de la USAID desde 2012. (Ver segundo párrafo).
La NED, una ‘fundación’ creada por el Congreso de Estados Unidos en
1983 para hacer el trabajo que antes hacía la Agencia Central de
Inteligencia (CIA) pero con una cara pública, ha sido uno de los
principales financistas de la desestabilización en Venezuela durante la
época de Chávez, y ahora contra el presidente Maduro.
Según su último informe público de 2013, la NED ha canalizado más de
2,3 millones de dólares a grupos y proyectos de la oposición venezolana.
Dentro de esa cifra, 1.787.300 millones de dólares fueron directamente
para grupos opositores en Venezuela, mientras otros 590.000 dólares
fueron canalizados a grupos regionales que trabajan y financian a la
oposición venezolana. Más de 300.000 dólares han ido a esfuerzos para
desarrollar una nueva generación de líderes jóvenes para contrarrestar
al Gobierno de Nicolás Maduro.
Entre los grupos financiados por la NED para el trabajo con jóvenes
se encuentra FORMA, una organización de César Briceño vinculada con el
banquero venezolano Óscar García Mendoza. García Mendoza maneja el Banco
Venezolano de Crédito, que ha funcionado como el canal para el flujo de
los dólares de la NED y la USAID a grupos opositores en Venezuela, como
Súmate, Cedice, Sin Mordaza, Observatorio Venezolano de Prisiones y
FORMA, entre otros.
Otra gran parte de los fondos de la NED de 2013-2014 fue invertida en
iniciativas y grupos que trabajan con el ambiente mediático y manejan
la campaña para desprestigiar al Gobierno del presidente Maduro. Entre
ellos se incluyen Espacio Público, Instituto Prensa y Sociedad (IPYS),
Sin Mordaza y GALI. Durante el último año se ha visto una campaña sin
precedentes para desacreditar al Gobierno venezolano, y al presidente
Maduro directamente, campaña que se ha intensificado en los últimos
meses.
En plena violación de la ley venezolana, la NED también financió a la
coalición opositora, la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) con 100.000
dólares para un proyecto de entrenamiento e intercambio con grupos en
Bolivia, Nicaragua y Argentina para “compartir las lecciones aprendidas
en Venezuela… y permitir la adaptación de la experiencia venezolana en
esos países”.
Como bien fue explicado en un informe de un instituto español, FRIDE,
en 2010, las agencias internacionales que financian a la oposición en
Venezuela violan hasta las leyes de control cambiario para filtrar sus
fondos a los beneficiarios. También afirman en ese informe que la
mayoría de las agencias internacionales, con la excepción de la Comisión
Europea, están trayendo los fondos en moneda extranjera y cambiándolos
en el mercado paralelo, en clara violación de la ley venezolana. En
algunos casos, como destaca el informe de FRIDE, abren cuentas en el
exterior para depositar los recursos o se los entregan en euros o
dólares en efectivo. La embajada de Estados Unidos en Venezuela podría
utilizar la valija diplomática para traer grandes cantidades de dólares y
euros al país, que luego entregan a actores venezolanos de forma ilegal
sin ninguna contabilidad formal del Estado venezolano.
Lo que sí está claro es que el Gobierno de Estados Unidos sigue
alimentando los esfuerzos de desestabilización en Venezuela sin importar
las leyes de ese país. Tal vez sea necesaria una medida de mayor
impacto y fuerza para asegurar la soberanía y defensa de la democracia
venezolana, su Gobierno legítimo y la voluntad de su pueblo. / CLAA.
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