Hace 156 años nació Tulio Febres Cordero, escritor merideño honrado por la crítica nacional como patriarca de las letras de Mérida, por sus amplios aportes a la cultura en la región andina venezolana.
Graduado en la Universidad de Los Andes (ULA) en Ciencias Políticas, ejerció la docencia en esa casa de estudios, cumplió funciones de Vicerrector y fue nombrado Rector Honorario en 1936.
Fue un polifacético periodista, historiador, tipógrafo e innovador, que abarcó la literatura, la antropología, el derecho, la educación y la sociología, entre otras áreas, dejando ver una profunda convicción nacionalista, humanista y Bolivariana.
En literatura produjo importantes obras en los géneros; crónica, ensayo, cuento, novela y poesía, forjando buena parte de la idiosincrasia andina.
En la innovación se destacó por crear la imagotipia en 1885 y por el perfeccionamiento de la foliografía en 1896. La primera para representar imágenes a partir de tipos de imprenta y la segunda, para reproducir hojas de plantas con imprentas.
En el periodismo destaca su participación en periódicos de época como El Lápiz y El Billete, así como en otros medios regionales hasta el final de su vida.
Archivo de Historia y Variedades, Don Quijote en América y Colección de Cuentos, destacan en su obra por el brillo de la cualidad patriota, amante de Venezuela y de Sur América.
El 3 de junio de 1938, Tulio Febres partió a la inmortalidad, legando a Mérida su genio y una colección de 3.000 volúmenes de libros, cartas, manuscritos, publicaciones periódicas y documentos.
Este acervo, es atesorado en la sala Febres Cordero de la Biblioteca Nacional, ubicada en la avenida Independencia (3) de la capital merideña.
Fue declarado Patrimonio Nacional de la República Bolivariana de Venezuela, en el contexto de la Feria Internacional del Libro de Venezuela (Filven) 2016 en mayo de este año.
AVN
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