6 de febrero de 2011

Wikileaks: la bola blanca de la mesa de billar imperialista. Túnez, va uno; Egipto, ¿van dos?


Después de Egipto ¿qué nuevo país será el foco de atención de los Grandes Medios de Difusión Masiva? ¿Yemen? ¿Libia? ¿Argelia? ¿China?… ¿Venezuela?
Níkolas Stolpkin |


Después de Egipto ¿qué nuevo país será el foco de atención de los Grandes Medios de Difusión Masiva? ¿Yemen? ¿Libia? ¿Argelia? ¿China?… ¿Venezuela?

La atención significativa y terca que últimamente ha tenido a Egipto como principal foco de interés por parte de los Grandes Medios de Difusión Masiva, grafica en parte el interés de la Gran Burguesía Occidental por debilitar políticamente al mundo árabe.

Y no es menor el hecho de que sea Egipto. Lograr arrodillar a Egipto significaría de algún modo arrodillar seriamente la zona árabe tanto en lo político como en lo cultural, y sería una señal potente de que otros en situación similar a la de Egipto o Túnez podrían llegar a tener la misma “suerte”. Lo que podría hacernos pensar que se estaría iniciando una nueva etapa dentro del proceso de “occidentalización” en el mundo árabe.


Si bien no existe claridad sobre la intervención de la Gran Burguesía Occidental en lo que está sucediendo en el Magreb y Medio Oriente, es muy claro que su injerencia se limita, hasta el momento, a una clara intervención implícita o diplomática, liderada por EEUU y apoyada por la Unión Europea (Gran Bloque Occidental Capitalista); injerencia extranjera en los asuntos internos de un país que los Grandes Medios de Difusión Masiva gustan criticar cuando se trata de países hostiles a los intereses del imperialismo burgués pero no cuando ese mismo imperio es protagonista de dicha injerencia. Lo mismo con nuestros gobernantes, aliados de la Gran Burguesía Occidental, que tanto gustan hacerse eco de lo que diga EEUU y la Unión Europea (la “comunidad internacional”).

Pero lo llamativo e increíble de todo, es que muchos de nuestros medios alternativos, que acostumbran tanto a ser críticos cuando EEUU injiere o reclama injerencia extranjera, hoy hace caso omiso a dicha injerencia y se inclina más por plegarse a la propaganda imperialista de que “el pueblo exige derrotar a sus dictadores”. ¿Simpatías por Wikileaks? ¿Efectos secundarios de lo que ha sembrado Wikileaks?

Sin embargo existen dos factores claves dentro de todo este escenario agitado que no debemos perder de vista: Wikileaks y sus “cables”, por un lado, cuya función es dar el golpe y desmarcarse de cualquier responsabilidad que pudiera tener. Y por otro, están los Grandes Medios de Difusión Masiva, cuya función es servir de plataforma para distorsionar hechos y, -la ahora función principal-: “autentificar” la información obtenida por Wikileaks, estampando su sello de “veracidad”.

El que países claves del gran bloque Occidental Capitalista queden bien parados frente a los “cables”, hace despertar cierta desconfianza al ver que quienes quedan mal parados son países que entorpecen los intereses de la Gran Burguesía Occidental.

Sin duda que lo que se persigue es anular el poco poder que le va quedando al otrora gran bloque árabe. Poco poder en el sentido de la desunión política en la que actualmente se encuentra, muy distinta a la que se tenía a mediados del siglo XX, cuando se tenía la capacidad de unir fuerza para enfrentar al naciente estado de Israel. Debilidad sumamente favorable a los intereses imperialistas de Occidente, y más cuando se trata de una zona geoestratégica clave en recursos energéticos de enorme interés.

Pero si hay algo que ha caracterizado al imperialismo norteamericano dentro del siglo XX hasta los inicios del presente siglo es trazar líneas para obtener resultados a largo plazo. Nada es resultado de la espontaneidad. Todo acto está enmarcado dentro de un proceso que la estrategia elegida confiere para obtener un resultado acorde al interés perseguido.

Y EEUU sabe bien el peligro que representa China y su acelerado robustecimiento dentro del escenario mundial. Como también sabe lo que significa para su imperio poder controlar recursos como el petróleo, el gas natural y el agua. Por tanto, EEUU si desea conservar su puesto, es indiscutible que quiera asegurar su lugar frente a futuras amenazas que puedan erosionar su estabilidad como potencia hegemónica.

Lo que está pasando en la región del Magreb y Medio Oriente no es como para sacar conclusiones simplistas como la de que… “existe un pueblo que está harto de dictadores que se perpetúan en el poder”. No. Eso es sencillamente el mensaje principal que los Grandes Medios de Difusión Masiva han instalado dentro de la opinión pública e internacional. Mañana, sin duda, ese mensaje instalado en las conciencias populares podría serle muy útil al imperialismo norteamericano en otras zonas de interés y, poder utilizar la misma fórmula: Wikileaks, protestas obstinadas más el apoyo de los Grandes Medios de Difusión Masiva y la presión de los Representantes cardinales de la Gran Burguesía Occidental.

Esto último podría ubicar a Venezuela y Cuba dentro de la lista de espera en América Latina, cartas muy probables mientras se vea que cada bola caiga en el hoyo de la mesa de billar imperialista con éxito. Intentos que serían, en todo caso, un total fracaso en suelo cubano, ya que no existe suficiente “capital humano” para intentar desestabilizar al gobierno y porque EEUU sólo habría de perder el tiempo, ya que Cuba no representa un lugar estratégico en lo que a futuro se refiere. En cambio Venezuela sí representa un lugar estratégico dentro de América Latina que podría satisfacer su inagotable sed imperialista; y existe cierto “capital humano” que muy bien podría ser distorsionado por los medios. Pero mientras el foco de interés de los Grandes Medios de Difusión Masiva esté puesto en otro lugar, cualquier intento por desestabilizar al gobierno de Hugo Chávez resultaría en fracaso.

Y hay que tener en cuenta de que ya existen iniciativas para intentar desestabilizar a Cubay Venezuela, aprovechando las circunstancias que se están dando en el mundo árabe y que sus respectivas oposiciones esperan ansiosos el rebote del “efecto Túnez” que, como bien hemos dicho, están destinadas a ser un fracaso en Cuba. El mayor éxito sólo lo podrían tener en suelo estadounidense: Miami. Y en Venezuela estas iniciativas podrían tener cierto éxito comunicacional pero un fracaso rotundo en cuanto a dar resultados concretos. No hay que olvidar que el actual presidente Hugo Chávez ha ganado limpiamente cada elección en la que se ha presentado, y avalado por observadores internacionales. Sin duda que sus opositores se habrán de concentrar en el mensaje principal que los Grandes Medios de Difusión Masiva han estado desplegando: “existe un pueblo que está harto de dictadores que se perpetúan en el poder”. La “violencia”, la “corrupción” y la “falta de libertad de expresión” serían sus agregados para condimentar más la “receta”.

Poner de rodillas a Venezuela significaría aplastar el ALBA, frenar los procesos de cambio que se están desarrollando a duras penas en el continente y controlar una de las mayores reservas de petróleo y gas natural a nivel mundial. Por lo que el gobierno venezolano debe estar alerta y preparados para enfrentar cualquier intento desestabilizador que quiera socavar la revolución bolivariana.

Y atentos a una cosa, para el caso de Venezuela: para que pueda haber un ambiente desestabilizador dentro de Venezuela ¿los “cables” de Wikileaks deberán jugar un rol detonante? ¿Se está esperando el momento propicio para dar a conocer “cables” de Wikileaks que puedan generar o detonar un ambiente desestabilizador?

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