20 de agosto de 2015

En San Cristóbal fue la primera reunión para el cese al fuego entre patriotas y realistas

Si bien la pretensión de los comisionados de Morillo era que la parte venezolana adoptase la Constitución española -lo cual resultó inaceptable para Bolívar y los suyos-, la cita tuvo el mérito de abrir el ciclo de negociaciones que -en medio de dificultades propias de una guerra de diez años-, debía conducir a la firma del Armisticio de Santa Ana de Trujillo y el Tratado de Regularización de la Guerra, del 26 de noviembre de 1820
Si bien la pretensión de los comisionados de Morillo era que la parte venezolana adoptase la Constitución española -lo cual resultó inaceptable para Bolívar y los suyos-, la cita tuvo el mérito de abrir el ciclo de negociaciones que -en medio de dificultades propias de una guerra de diez años-, debía conducir a la firma del Armisticio de Santa Ana de Trujillo y el Tratado de Regularización de la Guerra, del 26 de noviembre de 1820.

Rafael Urdaneta
El 20 de agosto de 1820 se reunieron por primera vez, en la ciudad de San Cristóbal, comisionados del general español Pablo Morillo y representantes del Libertador Simón Bolívar, con el objeto de explorar términos para el cese de hostilidades.

LAS MÁS ANTIGUAS

Las negociaciones más antiguas que se conozcan y que derivaron en un tratado escrito en sumerio tuvieron lugar hacia el año 3.100 AC, entre Eannatum, victorioso señor de Lagash, ciudad-estado de Mesopotamia (actual Iraq) y el pueblo hitita, para fijar los límites ehtre Lagash y Umma, también “ciudad-estado de la misma región” (http://leyderecho.org). En este tipo de negociación, que resulta de una guerra, usualmente la parte vencedora impone sus condiciones al vencido. Ello sucedió durante las Guerras Napoleónicas del siglo XIX, o la Primera y Segunda Guerras Mundiales del siglo veinte. Otro tipo de circunstancia se da cuando ninguno de los contendientes posee la fortaleza suficiente como para imponer sus términos al otro en corto plazo. En el caso venezolano tal circunstancia, que se repetirá en 1863, cuando ninguno de los bandos de la Guerra Federal lograba imponerse sobre el otro de modo expedito, se presentó en 1820.

TERRITORIOS EN GUERRA

No obstante a la superioridad de los realistas en el suministro de armas y reforzamiento periódico con nuevos contingentes de la Península y los nativos que todavía simpatizaban con el régimen monárquico, ya para 1820 el bando republicano había obtenido avances indiscutibles y liberado la provincia de Guayana en 1817, el territorio de Nueva Granada y el Apure en 1819. Y, en la franja Atlántica de la Gran Colombia, la isla de Margarita, y parte de la costa oriental venezolana. Igualmente se disputaba con las armas el territorio del Ecuador. Para ese año los realistas todavía dominaban de modo indiscutible una amplia franja de Occidente y el Centro de Venezuela, que cubría las provincias del Zulia y Coro y Boconó, en línea recta hasta Barinas; y al oriente hasta el río Unare. Como se observa, buena parte de los Andes estaba en manos patriotas. De allí que esta primera conferencia del 20 de agosto se celebra bajo banderas republicanas en San Cristóbal.

CONTACTOS INICIALES

Hacia 1820, en el marco de la Guerra de Independencia de Venezuela, ninguno de los dos bandos podía doblegar al adversario de manera inmediata. De este modo, compelido por su gobierno, el general Morillo, quien aún confiaba que con nuevos refuerzos podía someter a los patriotas de América y reconquistar los territorios liberados, toma la iniciativa para abrir conversaciones hacia un armisticio. Y envía comisionados a Guayana, al Apure y San Cristóbal, donde supone podría ubicarse al Jefe Supremo, Libertador Simón Bolívar. Éste por su parte comprende los beneficios que le reportarán al ejército patriota un cese temporal de hostilidades, para reponer fuerzas y admite que se entablen conversaciones, siempre sobre la base del reconocimiento de la República por parte de los monarquistas.

HACIA EL ARMISTICIO

En este primer contacto de San Cristóbal del 20 de agosto no se llegó a ningún acuerdo sobre suspensión de hostilidades, sin embargo, las puertas no se cerraron para seguir conversando. Luego de su inicial exposición de sometimiento de los independientes al gobierno español -desconociendo que ya existía una República con autoridades constituidas en el territorio liberado-, los comisionados realistas, mediante una segunda nota del mismo 20 de agosto, señalan que el objeto de su encomienda es procurar “un acuerdo provisional que hiciese cesar la efusión de sangre”. Las nuevas negociaciones continuarán tras dos meses de definiciones internas en el campamento realista acerca del objetivo central de las conversaciones y los escarceos entre uno y otro bando. Morillo modificará su postura, al enviar entre los nuevos comisionados a Juan Toro, persona cercana a los afectos de Bolívar, y ya sin condicionar los tratos al sometimiento de los patriotas a España. De este modo en octubre siguiente se reanudan las negociaciones que concluirán con la firma del Armisticio y Tratado de Regularización de la Guerra de Santa Ana de Trujillo el 26 de noviembre de 1820.

¿QUÉ OFRECÍA ESPAÑA?

“[LOS REALISTAS]…proponen a V.S.S con arreglo a… las instrucciones recibidas del General (Pablo) Morillo, lo siguiente: 1° Que se adopte y jure en estas provincias la Constitución de la monarquía española(…) 2° Que en caso de adoptarse y jurarse la Constitución española por los pueblos disidentes, Su Majestad reserva a sus actuales Jefes el mando de las Provincias que ocupan por tiempo ilimitado, con subordinación al General en Jefe del Ejército Pacificador, o bien al Gobierno de la Metrópoli”.-

“[CONTESTACIÓN PATRIOTA] Parece que Vuestras Señorías han olvidado el objeto de nuestra contienda, cuando han dictado la nota que contestamos. Los defensores de la justicia y la libertad, lejos de ser halagados con ofertas de un mando ilimitado, reciben un verdadero ultraje al verse confundidos con almas groseras que anteponen la opresión y el poder a la sublime gloria de ser Libertadores de su patria(…)no estamos autorizados para sellar los males de Colombia, sometiéndola a España” / San Cristóbal, Agosto 20 de 1820 / Rafael Urdaneta y Pedro Briceño Méndez / Comisionados del General Morillo: Franciasco González de Linares y José María Herrera / Fuente: BLANCO Y AZPURÚA, Tomo 7, pp. 326/327]


Texto/Néstor Rivero
I/Cortesía
Caracas

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